Desde el lunes 8 de enero, Ecuador enfrenta días de terror por bandas criminales y narcos, que han dejado, al menos, 10 muertos.
También se han registrado más de un centenar de policías y personal penitenciario retenidos por presos, agresiones a periodistas y un sinnúmero de ataques armados.
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Incluso, destaca la irrupción en una transmisión de la cadena de televisión ecuatoriana TC por hombres armados y pasamontañas.
Los militares custodian las desoladas calles alrededor de la sede presidencial en el centro de Quito, mientras en el norte el parque de La Carolina, el más grande de la ciudad de casi 3 millones de habitantes, estaba vacío, sin sus habituales deportistas.
Pero ¿qué ha originado la nueva ola de violencia, llevando al presidente Daniel Noboa declarar a Ecuador en “conflicto armado interno”, tas haber ordenado el estado de excepción?
¿Qué desató la violencia en Ecuador?
Se considera que la fuga del narcotraficante Adolfo Macías, alias “Fito”, considerado el fugitivo más peligroso de ese país, desencadenó la violencia en ese territorio, aunado a otros factores.
Luego de su huida, autoridades establecieron estado de excepción. La banda criminal los “Choneros”, a la que lidera, tiene conflictos internos, que habrían derivado en la escalada de la violencia tras su escape de la cárcel de Guayaquil.
La fuerza pública activó un plan para su detención: nuevamente, su fotografía, con la leyenda “SE BUSCA”, fue expuesta en todos lados. Además, se declaró la crisis de violencia que vive Ecuador como un conflicto armado interno, para luchar contra el narcotráfico.
Mientras tanto, en el país sudamericano hay violentos enfrentamientos entre militares y grupos delictivos.
Otros factores de la violencia en Ecuador
La seguridad en Ecuador empeoró desde la pandemia de COVID-19, que también afectó brutalmente la economía.
La violencia carcelaria se volvió cada vez más común, provocando cientos de muertes en incidentes que las autoridades han atribuido a batallas entre bandas delictivas por el control de las cárceles.
Las muertes violentas a nivel nacional aumentaron a 8 mil 008 en 2023, según el gobierno, casi el doble de la cifra de 2022, que superó los 4 mil 500. La contienda presidencial de Ecuador el año pasado se vio empañada por el asesinato de un candidato anticorrupción.
Dentro de las cárceles, las bandas aprovecharon el débil control del Estado para expandir su poder.
Guayaquil, la ciudad costera más grande de la nación, está considerada como la más peligrosa del país y sus puertos son un centro para el tráfico de drogas hacia Estados Unidos y Europa.
Escapa de prisión el líder de la mayor banda narcocriminal
Este domingo 7 de enero, la policía dijo José Adolfo Macías Salazar, alias “Fito”, jefe de la mayor banda narcocriminal de una cárcel de Guayaquil, Los Choneros, había desaparecido de la prisión donde cumplía una condena de 34 años.
Luego de lo anterior, a partir del lunes posterior, hubo incidentes de violencia en seis prisiones, con al menos 150 guardias y otros miembros del personal tomados como rehenes por los presos, aunque unos 11 fueron liberados.
Asimismo, 39 reclusos también escaparon de una prisión en Riobamba, aunque algunos terminaron recapturados.
Cientos de soldados y policías buscan a Fito, mientras rige un estado de excepción en todo el país, incluidas las penitenciarias.
Hay un toque de queda de 6 horas, desde las 23:00 horas locales.
El martes la violencia se extendió a las calles, con 7 policías secuestrados en incidentes en todo el país y por lo menos 5 explosiones confirmadas en varias ciudades, aunque no hubo heridos.
El ataque en Guayaquil a la sede del canal TC Televisión aumentó el pánico en la población, que abandonó rápidamente las calles para refugiarse en sus casas.
Noboa dijo que no negociará con “terroristas” y el gobierno atribuyó la violencia a los planes de construir una nueva prisión de alta seguridad y trasladar a los líderes de las bandas delictivas encarcelados.
El martes también escapó de prisión otro jefe criminal, Fabricio Colón Pico, uno de los capos de Los Lobos, acusado de secuestro y de planificar el asesinato de la fiscal general.
¿Quién es Fito, el fugitivo más peligroso de Ecuador?
Barbado, los labios apretados, la mirada fija y sobre su rostro la leyenda “SE BUSCA”, Fito es ahora el fugitivo más peligroso de Ecuador tras su huida de la cárcel.
Desde prisión comandaba la principal banda criminal de un país sumido en la violencia.
Poco más se conoce sobre el líder de Los Choneros que su pasado humilde y como taxista, además de su capacidad para romper la ley que lo llevan a ser catalogado por el gobierno como un “delincuente con características sumamente peligrosas”.
En el mundo de Fito se aplica el dicho: a rey muerto, rey puesto. Su ascenso hasta lo más alto de la banda, integrada por unas 8 mil personas, se dio por las sucesivas muertes de sus antecesores.
Asumió el mando de la organización en 2020, tras los fallecimientos de sus amigos Jorge Luis Zambrano, alias Rasquiña, y Junior Roldán, JR.
El nuevo capo se graduó de abogado en prisión, donde pagaba una condena a 34 años por los delitos de tenencia de armas, tráfico de drogas, delincuencia organizada y asesinato.
Su escalada a la cúpula criminal estuvo acompañada de la fragmentación de la banda, que hasta la muerte de Rasquiña había cohesionado a buena parte de organizaciones menores.
¿Por qué señalan a Fito como responsable del caos?
De acuerdo con Insight Crime, los últimos cambios en el mando de Los Choneros “han motivado las luchas internas en el grupo y sus subgrupos”. Bandas como Tiguerones y Chone Killers se apartaron y les declararon la guerra.
El centro de estudios señala que Los Choneros “han perdido poder de manera progresiva frente a una alianza encabezada por los Lobos”, cuyo jefe en Quito también se fugó el martes de una prisión en Riobamba.
Los Choneros primero estuvieron dedicados al crimen tradicional con asaltos en alta mar, lograron nexos con narcotraficantes colombianos y luego mexicanos.
Actualmente, tienen vínculos con los carteles de Sinaloa, el Clan del Golfo (mayor exportador de cocaína del mundo) y organizaciones balcánicas, según el Observatorio Ecuatoriano de Crimen Organizado.
En redes sociales, el grupo delincuencial se presenta como bienhechores al estilo de Robin Hood y producen sus propios videoclips, que ensalzan el narcotráfico. Amenazan a periodistas y lanzan advertencias a otras bandas con ritmos urbanos.
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“Activos, Choneros, aquí somos leones. Con el tío Fito como se supone, controlando el barrio aquí somos patrones”, dicen en una de sus tantas canciones.
Por última vez visto obeso, barbudo y de melena revuelta, el temido líder pasó de protagonizar virales canciones de rap en el mundillo del crimen a ser nuevamente portada de los medios de comunicación tras el magnicidio del presidenciable Fernando Villavicencio, que lo acusó de haberlo amenazado una semana antes de caer baleado en agosto por un sicario colombiano.
La justicia no ha condenado a Fito por ese delito, pero el gobierno del entonces presidente Guillermo Lasso (2021-2023) ordenó su traslado a una cárcel de máxima seguridad, en una espectacular operación de la fuerza pública que desató protestas de reclusos.
Fito regresó poco tiempo después a su feudo de la cárcel Regional de Guayaquil mediante recursos jurídicos.
Ahora, nuevamente, su fotografía, con la leyenda “SE BUSCA”, da vueltas por Ecuador, que se desangra en medio de enfrentamientos desatados tras su fuga.
En 2013 ya se había escapado, pero su travesía duró apenas tres meses.