El primer ministro de Japón, Fumio Kishida, salió ileso de una explosión que se registró durante un acto de campaña en el oeste del país. Los videos del suceso se viralizaron rápidamente.
El incidente en Wakayama (oeste) se produjo menos de un año después del asesinato del ex primer ministro Shinzo Abe, que conmocionó el país y provocó un refuerzo de la seguridad en estos actos públicos.
¿Qué se sabe de la explosión en acto de campaña del primer ministro de Japón?
Kishida se encontraba en esta ciudad portuaria para respaldar a un candidato local del partido gobernante y se disponía a dar un discurso ante los simpatizantes cuando ocurrió el suceso.
Las imágenes grabadas por la televisión nacional NHK muestran al dirigente girándose para mirar hacia atrás mientras los equipos de seguridad detienen a una persona y el público se empieza a dispersar.
Segundos después se escucha una detonación y el lugar se llena con una nube de humo blanco.
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La emblemática cadena televisiva de Japón informó que un hombre había sido detenido en el lugar como sospechoso de obstruir un negocio. La policía local rechazó hacer comentarios.
Testigos en el lugar relataron momentos de pánico:
“Corrí frenéticamente y entonces, unos diez segundos después, hubo un ruido muy fuerte y mi niño empezó a llorar. Estaba paralizada, mi corazón todavía late muy rápido. Alguien gritó ‘¡al culpable!’ o ‘lanzaron una bomba’ y todo el mundo empezó a dispersarse”.
Testimonios a NHK.
Ataque recuerda atentado contra Shinzo Abe
Kishida resultó ileso y pronto pudo reanudar la agenda de campaña, con un acto en una estación de trenes local.
“Hubo una explosión ruidosa en el lugar del discurso anterior. La policía está investigando los detalles, pero me gustaría disculparme por preocupar a la gente y causarles problemas”.
Primer ministro Fumio Kishida.
“Que algo así haya ocurrido en medio de una campaña electoral que constituye el fundamento de la democracia es lamentable. Es una atrocidad imperdonable”, dijo el responsable de estrategia electoral del partido gobernante, Hiroshi Moriyama, a NHK.
La seguridad en los actos de campaña de Japón puede ser relativamente relajada, dado que el país tiene estrictas leyes antiarmas y poca criminalidad.
Pero los dispositivos de seguridad alrededor de los políticos se reforzaron a raíz del asesinato del ex primer ministro Shinzo Abe, que recibió un disparo durante un evento de campaña en julio de 2022.
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Su presunto asesino, Tetsuya Yamagami, le disparó por sus vínculos con la Iglesia de la Unificación, una secta con importantes conexiones políticas a la que su madre donó tanto dinero que la familia se quedó en la bancarrota.
Tanto el jefe de la Agencia Nacional de Policía como el de la policía local renunciaron después del asesinato y de una investigación que reveló “carencias” en la seguridad del antiguo líder nipón.
El incidente en Wakayama coincide con la organización en Japón de cumbres ministeriales del G7 en Sapporo (norte) y en Karuizawa, cerca de Nagano (centro), antes de la cumbre de líderes de este grupo en Hiroshima en mayo.