El Congreso en Estados Unidos, determinó posponer temporalmente las audiencias públicas sobre el fallido Golpe de Estado del 6 de enero, se suponía que iban a presentar la acumulación de evidencias de lo que podría ser no solamente el reporte, sino lo que podría ser una revisión criminal al Departamento de Justicia.
El argumento oficial fue, evidentemente, el huracán Ian porque no se quería distraer de los esfuerzos oficiales. Pero la realidad, es que este Comité no solamente busca la verdad, también busca efecto político y haberse llevado a cabo la audiencia durante esta época, significaba perder esas audiencias masivas que han tenido las audiencias previas.
Ahora se trata solo de un retiro temporal para el expresidente Donald Trump, porque evidentemente el Comité tiene previsto llevar a cabo esa audiencia y no solo eso, completar esta investigación de tal manera que se pueda hacer esta remisión al Departamento de Justicia, quien tendrá la última palabra sobre si se procesa judicialmente o no al expresidente Trump.
También continúa la averiguación sobre la investigación del FBI, de los documentos que sustrajo el presidente de Estados Unidos de la Casa Blanca después de haberla dejado el año pasado. En este caso, el expresidente sufrió un serio revés legal.
Una Corte de Apelaciones determinó que el Departamento de Justicia tiene la autoridad para revisar esos documentos que, como sabemos, no solamente fueron clasificados, fueron de documentos altamente secretos que podría derivar ahí también en una acusación no solo de obstrucción de la justicia, sino incluso de espionaje.
Como sabemos, cualquiera de estas dos averiguaciones concluyen en un proceso donde el expresidente podría quedar inhabilitado para buscar la presidencia en el 2024.
La situación para Trump es cada vez política y jurídicamente más apremiante
Jurídicamente, lo es, porque sabemos que el Departamento de Justicia está determinado a encontrar la verdad sobre lo que hizo el expresidente Trump con los documentos de alta sensibilidad, documentos secretos de Estados Unidos y no hay ninguna razón por la cual no podría derivar, en cargos de espionaje, afectación a la seguridad nacional, obstrucción de la justicia.
Políticamente, la marca Trump está más devaluada que nunca. Ha perdido puntos entre su propia base. Las encuestas muestran que si las elecciones presidenciales tuvieran lugar en este momento, perdería.