Mitch McConnell, líder de la mayoría del Senado de Estados Unidos, y otros republicanos de alto nivel no coinciden con la negativa del presidente Donald Trump a prometer a una transferencia de poderes pacífica y el hecho de que los legisladores aceptarían el resultado de las elecciones de noviembre.
Trump se negó realizar un traspaso y mencionó que esperaba que su batalla electoral con el demócrata Joe Biden se resuelva en el Tribunal Supremo, pues desconoce si las elecciones del 3 de noviembre iban a ser “honestas, con toda esta situación de votos no solicitados”.
Dichas declaraciones molestaron entre sus propias filas, con varios republicanos en el Congreso distanciándose, pero no criticando directamente al mandatario.
“El ganador de las elecciones del 3 de noviembre será investido el 20 de enero. Habrá una transición ordenada como ha habido cada cuatro años desde 1792”, escribió McConnell en un tuit a primera hora de la mañana.
Mientras tanto, Kayleigh McEnany, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, reiteró que “el presidente aceptará los resultados en unas elecciones libres y justas”.
Pero durante meses, Trump ha considerado que las elecciones de noviembre podrían estar amañadas y ha atacado repetidamente a los demócratas por promover el uso del voto por correo para los electores que no quieran arriesgarse ante la pandemia por COVID-19.
Trump calificó a los votos por correo de “espectáculo horroroso”, aunque estudios han mostrado que no hay problemas significativos con ese método de votación.
Por otro lado, los demócratas acusaron a Trump de amenazar la democracia estadounidense y de politizar la sustitución de la fallecida jueza del Tribunal Supremo, Ruth Bader Ginsburg, sugiriendo que el candidato aún por nombrar tendría un papel en el resultado de los comicios.
Algunos republicanos, se unieron en su esfuerzo por terminar con los miedos electorales, entre ellos los senadores Marco Rubio y Mitt Romney y el líder republicano de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, quien dijo que “será una transición sin problemas, independientemente del resultado”.
Según analistas políticos, Trump impugnaría los resultados de las elecciones de noviembre en los tribunales federales buscando que se le concedan suficientes votos del Colegio Electoral para conservar la Casa Blanca.
Sólo en una de las elecciones presidenciales estadounidenses, la contienda del año 2000 entre el republicano George W. Bush y el demócrata Al Gore, tuvo un resultado determinado por el Tribunal Supremo.