Miles de personas tomaron las calles en varias ciudades de Perú este jueves para exigir nuevas elecciones y la liberación del expresidente Pedro Castillo, detenido bajo acusación de rebelión y conspiración por la fiscalía peruana tras un fallido autogolpe.
Las protestas parecían ir de menos a más 24 horas después de que el Congreso, dominado por la derecha, destituyera al izquierdista Castillo el miércoles y asumiera el mando del país la vicepresidenta Dina Boluarte.
Castillo intentó disolver el Legislativo e instaurar un régimen de excepción para gobernar por decreto, pero sus órdenes fueron desacatadas por el Congreso y las Fuerzas Armadas.
Los manifestantes exigen además la renuncia de la flamante presidenta -la primera mujer en dirigir a Perú, un país de fuerte cultura machista-, a quien algunos izquierdistas tildan de “traidora” por haber asumido el cargo.
En Lima, una protesta de cerca de un millar de personas marchó hacia el Parlamento, donde fue dispersada por la policía con gases lacrimógenos y donde se produjo la detención de al menos tres manifestantes.
Detención por siete días
Este jueves un alto tribunal peruano dictó siete días de prisión preliminar para Castillo.
Visiblemente nervioso, Castillo declinó hacer uso de su derecho a defensa para replicar las imputaciones, cediendo la palabra a sus abogados.
“Resulta claro que acá no se ha configurado el delito de rebelión” porque éste no se concretó, alegaron los defensores de Castillo.
De ser hallado culpable, Castillo podría enfrentar una pena de entre 10 y 20 años de prisión.
Presidenta sin gobierno
Mientras tanto en su primer día de Presidencia, Dina Boluarte recibió a líderes de las bancadas derechistas en el Congreso en busca de un consenso para formar un nuevo gobierno.
Perú lleva dos días sin gabinete ministerial dado que todos los ministros de Castillo habían renunciado en cascada.
Boluarte, abogada de 60 años, dijo que pensaba gobernar hasta cumplir su mandato en julio de 2026, aunque no ha descartado del todo llamar a elecciones generales en medio de la incertidumbre sobre el porvenir del país.