El perfil psicológico de los violadores de Gisèle Pelicot: mecanismos de defensa y traumas

| 13:42 | Benell Cortés | AFP
Perfil de los acusados en el juicio de Gisèle Pelicot en Francia
Foto: Reuters

Una psicóloga explicó este martes, durante el mediático juicio por las violaciones a Gisèle Pelicot en Francia, que varios de los hombres acusados desarrollaron un mecanismo de defensa ante su ego herido, lo que les permitió “pasar al acto”.

El tribunal de Aviñón, al sur de Francia, está juzgando a 51 hombres desde el 2 de septiembre, involucrados en el caso donde el marido de Gisèle, Dominique Pelicot, la drogaba durante una década para que fuera violada por decenas de desconocidos.

Perfil psicológico de los acusados en caso de Gisèle Pelicot

Durante la cuarta semana del juicio, los magistrados examinaron el perfil de seis de los 51 acusados.

La psicóloga Annabelle Montagne inició la lectura de los informes con Joan K., el más joven de los implicados, quien tenía 22 años cuando participó en la violación de Gisèle. Joan K., exsoldado y consumidor crónico de alcohol y cánnabis, sufre de depresión y soledad, y siempre necesitó el apoyo de sus parejas y el ejército para enfrentar sus ansiedades.

Otro acusado, Fabien S., de 39 años, fue víctima de abusos sexuales en su infancia, vivió sin hogar durante siete años y pasó una década en prisión por violencia doméstica, tráfico de drogas y secuestro. Es un gran consumidor de cánnabis y tiene un carácter impulsivo, explicó Montagne.

Por su parte, Husamettin D., de 43 años, presentó una personalidad marcada por una herida narcisista, producto de una infancia afectada por la miseria socioeconómica y el rechazo de su padre.

Desarrolló una adicción a la sexualidad, como una forma de enfrentar su vacío interior y evitar un “colapso narcisista”.

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Mecanismo común entre los acusados

La abogada de Dominique Pelicot, Béatrice Zavarro, preguntó a la psicóloga si todos los acusados compartían un mismo mecanismo de defensa, caracterizado por una “fractura” entre su vida pública y su vida sexual.

Montagne respondió que, aunque en diferentes grados, estos hombres desarrollaron mecanismos similares que les permitieron “pasar al acto”, resaltando la necesidad de analizar cada caso de manera individual.

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