Más de un mes después de la elección de Joe Biden, una multitud que portaba gorras rojas con la inscripción “Make America Great Again” invadió la capital estadounidense para exigir “cuatro años más” de presidencia de Donald Trump y volvió a denunciar un “fraude masivo” en las elecciones presidenciales.
A pesar de un último y decisivo revés el día anterior ante la Corte Suprema, miles de partidarios de Donald Trump salieron a la calle para mostrar que están convencidos de su victoria en las elecciones de noviembre.
- “No vamos a ceder”, promete Luke Wilson, un hombre de sesenta años originario de Idaho, ondeando una bandera que defiende el porte de armas.
Una “injerencia extranjera”, un software electoral que habría borrado millones de votos destinados al presidente: estas y otras razones son citadas por los manifestantes para explicar el “robo” que habría sufrido Donald Trump.
“El pueblo estadounidense es víctima de una gran injusticia”, aseguró Dell Quick, un asiduo concurrente a los actos en favor del presidente saliente, a quien la elección de Biden le parece “completamente imposible”.
Por falta de pruebas tangibles que respalden las acusaciones de “fraude masivo”, las aproximadamente cincuenta denuncias presentadas por los aliados de Donald Trump en todo Estados Unidos han sido desestimadas por los tribunales o retiradas, con una sola excepción.
Todos los estados han certificado formalmente sus resultados, otorgando la victoria a Biden, y el Colegio Electoral validará el lunes el triunfo del demócrata.
Entre los manifestantes, los integrantes de la milicia de extrema derecha “Proud Boys”, reconocibles por sus trajes amarillos y negros y sus chalecos antibalas, eran aclamados por la multitud.
- Varias concentraciones anti-Trump, de escasa concurrencia, fueron organizadas en la capital, una de ellas en la Plaza Black Lives Matter Plaza, cercana a la Casa Blanca y hacia donde miles de personas se dirigieron a comienzos de noviembre para festejar el triunfo de Biden.