Unas 670 personas se teme que hayan muerto como consecuencia de un enorme deslizamiento de tierra que arrasó un pueblo de Papúa Nueva Guinea, declaró el domingo a la AFP un funcionario de la ONU.
Un desprendimiento de tierra masivo golpeó el viernes varias aldeas en Papúa Nueva Guinea. Este país insular situado justo al sur del ecuador suele recibir fuertes precipitaciones. Pero este año las lluvias y las inundaciones han sido particularmente intensas. En marzo, al menos 23 personas murieron por un desprendimiento de tierra.
150 casas enterradas y 670 muertos por deslizamiento de tierra en Papúa Nueva Guinea
“Se calcula que hay más de 150 casas enterradas y que han muerto 670 personas“, afirmó Serhan Aktoprak, alto cargo de la agencia de la ONU para las migraciones con sede en Port Moresby, capital de este país insular del Pacífico suroccidental.
“La situación es terrible, la tierra sigue deslizándose. El agua corre y esto supone un gran riesgo para todos”, añadió Aktoprak.
El pueblo de Yambali, situado en la ladera de una colina en la provincia de Enga, fue casi totalmente arrasado por un enorme deslizamiento de tierra que en la madrugada del viernes sepultó decenas de casas y a las personas que dormían en ellas.
La aldea tenía unos 4 mil habitantes y era una base comercial para los mineros que extraen oro de las montañas vecinas.
Búsqueda de sobrevivientes en Papúa Nueva Guinea
Los socorristas y los aldeanos desafiaron el domingo las peligrosas condiciones del terreno en una búsqueda desesperada de sobrevivientes.
“La gente está usando palos de excavar, palas y grandes horquillas agrícolas para sacar los cuerpos sepultados por la tierra“, explicó Aktoprak.
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Más de mil personas se han visto desplazadas por la catástrofe, añadió, y los cultivos y las reservas de agua quedaron casi totalmente destruidos.
Otros daños provocados por el deslizamiento de tierra en Papúa Nueva Guinea
El deslizamiento de enormes rocas, árboles arrancados y tierra, que en algunos puntos alcanzó los ocho metros de profundidad, acabó también con el ganado, según los socorristas.
Las operaciones de rescate se vieron comprometidas por combates tribales que estallaron a lo largo de la única ruta que conduce a la zona del desastre.
Aktoprak aclaró que la violencia tribal “no está relacionada con el deslizamiento” y dijo que las fuerzas armadas del país brindan “escoltas de seguridad” para permitir el paso seguro de las caravanas de ayuda.
Imágenes del lugar mostraban a trabajadores descalzos removiendo la tierra con palas y hachas, mientras otros rebuscaban entre montones de chapa ondulada destrozada, utilizada como tejado de las casas.
Se espera que el domingo empiece a llegar al lugar la maquinaria pesada necesaria para acelerar las tareas de búsqueda.