El Papa Francisco nombró este jueves a Raffaella Petrini como Secretaria general del Governatorato del Vaticano, la primera vez que una mujer accede a este puesto de responsabilidad en la historia de la Iglesia católica.
Este puesto es el segundo en importancia en el Vaticano, pues el actual Presidente del Governatorato es el español monseñor Fernando Vérgez Alzaga.
La italiana Raffaella Petrini, una monja franciscana de 52 años de edad, será la responsable de la gestión administrativa, de los museos Vaticanos, de la oficina de correos y de la policía.
El diario digital estadounidense The National Catholic Reporter indicó que este cargo en el Vaticano había sido tradicionalmente ostentado por obispos.
El Papa Francisco busca con el nombramiento de secretaria general del Governatorato del Vaticano de Raffaella Petrini, lograr mayor igualdad dentro de la Iglesia católica.
En enero, el Papa Francisco, de 84 años de edad, había cambiado la ley para permitir que las mujeres puedan leer la Biblia en misa, dar la comunión y ayudar en el altar durante la liturgia.
Un mes más tarde, el Papa Francisco nombró a la monja francesa Nathalie Becquart subsecretaria del sínodo de los obispos, convirtiéndose de facto en la primera mujer de la historia que tendría derecho a voto en este tipo de reuniones (que abordan las principales cuestiones de la doctrina de la Iglesia).
Desde que el Papa Francisco creara en el año de 2016 una comisión para estudiar la historia de los diáconos mujeres en los primeros años de la Iglesia católica, los grupos reformistas albergan la esperanza de que pueda haber mujeres sacerdotes un día.
De momento, el Papa Francisco no abre la puerta a que puedan ser ordenadas sacerdotes.
El Papa Francisco nombró en agosto de 2020 a seis mujeres, incluida la antigua tesorera del príncipe británico Carlos, en el consejo que supervisa las finanzas del Vaticano.
Los nombramientos efectuados por el Papa Francisco en una de las oficinas más importantes de la Santa Sede son una nueva iniciativa por cumplir promesas de mejorar el equilibrio de géneros que hizo hace años, aunque grupos de mujeres se han quejado de la lentitud en efectuar los cambios.