Miles de palestinos, habitantes del norte de la Franja de Gaza, huyen en coche o a pie hacia el sur, tras las advertencias de Israel, pero se preguntan “a dónde ir”, mientras los bombardeos se suceden en el enclave.
“¿Hasta cuándo viviremos bajo las bombas y con la muerte por todas partes?”, afirma Um Hosam, de 29 años, junto con sus cuatro hijos y con lágrimas en el rostro.
Desde que Hamás lanzó el ataque el pasado sábado, matando al menos a mil 300 personas, Israel bombardea sin descanso el enclave palestino gobernado por el movimiento islamista, donde al menos mil 500 palestinos han muerto. Un tercio de ellos niños, de acuerdo con las fuentes sanitarias locales.
Um Hosam se marchó hace tres días de su barrio bajo las bombas y se refugió en casa de familiares.
“Me dijeron que mi casa había sido completamente destruida. No tenemos casa, todo lo han destruido en Gaza. ¿Dónde están los árabes? Deben protegernos ¡basta ya!”, prosigue el hombre, que volverá a mudarse en menos de una semana.
La cuestión del desplazamiento es crucial en la Franja de Gaza, donde más del 80% de los aproximadamente 2.4 millones de sus habitantes son refugiados que abandonaron sus pueblos y ciudades o los expulsaron de ellos cuando se creó Israel en 1948.
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Israel lanza panfletos
Estos dolorosos recuerdos resurgieron cuando el ejército israelí arrojó panfletos pidiendo a los residentes que partieran “inmediatamente” hacia el sur de la Franja de Gaza. Este estrecho territorio de 362 kilómetros cuadrados, limita al norte y al este con Israel; al oeste con el Mediterráneo; y al sur con Egipto.
La ONU informó previamente que el ejército israelí dio la orden de evacuar a 1.1 millones de habitantes hacia el sur en las próximas 24 horas, plazo que las fuerzas militares anunciaron que se ampliaría.
Desde entonces, las carreteras se llenaron de familias cargando algunas pertenencias en bolsas de plástico. Un niño sostiene su almohada en la mano, una mujer reúne todo lo que puede guardar en un bolso de cuero que lleva al hombro.
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Miles de palestinos no quieren abandonar sus hogares
También hay habitantes que decidieron quedarse por falta de medio de transporte o porque no conocen a nadie que les pueda recibir en el sur o porque se niegan a dejar una tierra que Israel podría recuperar.
Hamás, que gobierna el enclave desde 2007, pidió a los habitantes que desacataran la intimación de Israel. De igual manera lo hizo el presidente palestino, Mahmud Abás, que administra Cisjordania ocupada. Este nuevo desplazamiento es “una segunda Nakba”, la “catástrofe” que constituye para los palestinos la creación del Estado de Israel, afirmó Abas.
“El enemigo es feroz y quiere aterrorizarnos y forzarnos al exilio, pero resistiremos”, dijo Abu Azzam, un habitante del norte de Gaza, determinado a permanecer en el lugar.