La Organización Mundial de la Salud (OMS) no tiene constancia por ahora de ninguna muerte vinculada a la variante Ómicron del coronavirus, indicó este viernes uno de sus portavoces en Ginebra.
“No he visto ninguna información sobre muertes vinculadas con Ómicron”, dijo Christian Lindmeier, en una rueda de prensa en Ginebra.
Pero teniendo en cuenta que muchos países incrementan sus test para intentar detectar la nueva variante “tendremos seguro más casos, más informaciones y, ojalá que no, posiblemente fallecidos”, dijo.
La nueva variante, considerada preocupante por la OMS, fue detectada primero en el sur de África pero desde que las autoridades sudafricanas alertaron al mundo de su descubrimiento, el 24 de noviembre, se han registrado casos de COVID debido a Ómicron en unos 30 países en todos los continentes.
Entre ellos hay contagios vinculados con viajes al sur de África, pero también casos de transmisión local.
La OMS considera que la probabilidad de que Ómicron se extienda por todo el mundo es “elevada” aunque hay muchas incógnitas sobre la peligrosidad y la transmisibilidad reales de esta variante.
¿Qué es Ómicron?
La nueva variante B.1.1.529 del COVID-19, detectada por primera vez en África austral, fue clasificada como “preocupante” por la OMS y fue nombrada como Ómicron.
Además, la Organización Mundial de la Salud calcula que harán falta “varias semanas” para comprender el nivel de transmisión y la virulencia.
¿Cuál es el origen de la variante B.1.1.529?
Por el momento, se ignora de momento el origen de esta nueva cepa, pero los investigadores de Sudáfrica fueron los primeros en anunciar su descubrimiento el 25 de noviembre pasado. Ese día se reportaban casos en Hong Kong y Botsuana. Un día después, fue el turno de Israel y Bélgica.
¿Qué se sabe de las mutaciones de Ómicron?
El 23 de noviembre, los investigadores descubren una nueva variante con una “constelación muy poco habitual de mutaciones“. Algunas conocidas, muchas nuevas.
Presenta “el mayor número de mutaciones que hayamos visto hasta ahora“, explicó Mosa Moshabela, profesor encargado de investigación e innovación en la Universidad de KwaZulu-Natal, ubicada al sureste de Sudáfrica. “Algunas se observaron ya en delta y beta, pero otras son desconocidas (…) y no sabemos cómo se traducirá esta combinación de mutaciones”.
En la proteína de la espícula, clave en la entrada del virus en el organismo, los investigadores observaron más de 30 mutaciones, un elemento importante con respecto a otras variantes peligrosas.