Estados Unidos no tiene “ningún indicio”, hasta ahora, de que los tres objetos voladores derribados recientemente fueran de origen chino o tuvieran funciones de espionaje, dijo un portavoz de la Casa Blanca.
Las autoridades estadounidenses “no han visto ningún indicio ni nada que apunte específicamente a la idea de que estos tres objetos formaban parte del programa de globos espía de China o estaban involucrados en esfuerzos de recopilación de inteligencia externa”, dijo a periodistas John Kirby, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional.
Objetos voladores derribados en EU no son de origen chino o espías; ésta es la nueva hipótesis
Kirby dijo que los tres objetos, dos derribados sobre territorio de Estados Unidos y uno sobre Canadá, “podrían ser globos que simplemente estaban vinculados a entidades comerciales o de investigación y, por lo tanto, inofensivos”.
No obstante, Kirby enfatizó que China está llevando adelante un “programa deliberado y bien financiado” con globos de gran altitud y difíciles de detectar para espiar a Estados Unidos y otros países.
Un globo de este tipo, según funcionarios estadounidenses, fue derribado el 4 de febrero sobre la costa este de Estados Unidos, un incidente que posteriormente llevó al derribo preventivo de los siguientes tres objetos voladores no identificados.
Pekín niega que use globos espía y dice que el enorme globo derribado frente a la costa este tenía fines de investigación meteorológica.
El Pentágono y la Casa Blanca sostienen que conocer a ciencia cierta la naturaleza de los tres objetos voladores no identificados es difícil debido a las complejas condiciones para los equipos enviados a recuperar los restos.
Citando condiciones climáticas y geográficas “bastante duras” en los tres casos, Kirby reconoció que “podría pasar un tiempo” antes de ubicar y recuperar los restos.
Estados Unidos busca disipar preocupaciones sobre globos chinos
Estados Unidos ha estado en alerta desde que a fines de enero detectó un enorme globo blanco sobrevolando sitios de armas nucleares, que Washington atribuyó a China y consideró “de vigilancia”, antes de derribarlo finalmente frente a la costa atlántica el 4 de febrero. Pekín reconoció que el globo era chino, pero dijo que tenía fines científicos.
A raíz del incidente, el ejército estadounidense ajustó la configuración de los radares para detectar elementos más pequeños y descubrió rápidamente otros tres objetos voladores no identificados, que el presidente Joe Biden ordenó derribar: uno sobre Alaska el 10 de febrero, otro sobre Canadá el 11 de febrero y el tercero sobre el lago Hurón, frente al estado de Michigan, el 12 de febrero.
Biden ordenó las tres operaciones de destrucción consecutivas en nombre de la seguridad del transporte, que según la Casa Blanca podría haberse visto comprometida por estos “objetos” que volaban a altitudes cercanas a las de los aviones.