Un centenar de civiles secuestrados a principios de junio por hombres armados en una población en el noroeste de Nigeria fueron liberados tras 42 días de cautiverio, informaron las autoridades.
“El 8 de junio de 2021, bandidos invadieron el pueblo de Manawa y secuestraron a 100 habitantes, entre ellos mujeres, en su mayoría jóvenes madres, hombres y menores”, indicó un comunicado de la policía del estado de Zamfara.
“Las víctimas, que estuvieron en manos de los secuestradores 42 días, fueron liberadas sin el pago de ningún rescate“, asegura este texto que no precisa cómo se realizó la liberación.
Desde hace varios años, el noroeste de Nigeria es escenario de la actividad de bandas criminales que atacan, saquean y secuestran a la población, a la que roban el ganado y le queman sus casas.
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Violencia criminal en Nigeria ha dejado más de ocho mil muertos
Esta violencia criminal ha dejado más de ocho mil muertos, según un informe de mayo de 2020 del International Crisis Group (ICG), una oenegé especializada en resolución y prevención de conflictos armados internacionales.
Los malhechores son conocidos por refugiarse en el bosque de Rugu, que se extiende por los estados de Níger, Katsina, Kaduna y Zamfara.
Las autoridades de Zamfara están acostumbradas a discutir con los grupos criminales con los cuales negocian desde hace más de un año acuerdos de amnistía a cambio de la entrega de sus armas.
Una fuente cercana a las negociaciones afirmó que los criminales aceptaron liberar a los civiles el lunes luego de que la policía y las autoridades locales les garantizaran “que no se tomaría ninguna acción contra ellos tras el secuestro”.
En diciembre pasado los responsables de Zamfara negociaron la liberación de 344 jóvenes que fueron secuestrados por bandidos en su internado en el estado vecino de Katsina.
Secuestran estudiantes
El Ejército de Nigeria ha reforzado sus efectivos y ha enviado aviones de combate a la región para poner fin a la violencia de los “bandidos”, que se han reconvertido en secuestradores de estudiantes en masa a cambio de rescates.
Cada vez que se produce una liberación, las autoridades niegan haber pagado rescate, pero los expertos en seguridad no lo creen y alertan que esta práctica puede conducir al aumento de secuestros en regiones asoladas por la extrema pobreza y con escasa seguridad.
Desde inicios de diciembre, más de mil niños, adolescentes y estudiantes fueron secuestrados en una docena de ataques de gran envergadura y algunos de ellos continúan en manos de sus raptores.
Los criminales están motivados en principio por el dinero, pero algunos de ellos han jurado lealtad a grupos yihadistas presentes en el noreste de Nigeria, a cientos de kilómetros.
El presidente Muhammadu Buhari, un exgeneral del ejército que ocupa el poder desde 2015, es objeto de crecientes críticas por su incapacidad para garantizar la seguridad en el país más poblado de África.