El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, fue reelegido para un cuarto mandato consecutivo con un 75% de votos, una vez escrutados los votos de la mitad de las mesas electorales, anunció el Consejo Supremo Electoral (CSE), que situó en 65% la participación electoral.
Daniel Ortega, que lleva 14 años en el poder, acudió a estos comicios sin competencia real, pues siete aspirantes opositores están detenidos. Lejos, en el segundo lugar, se sitúa el candidato liberal -y señalado como colaborador del gobierno- Walter Espinoza, con 14.4% de los votos, según las cifras entregadas la madrugada del lunes por la presidenta del CSE, Brenda Rocha.
Ortega asumirá otros cinco años el cargo de presidente de Nicaragua, a la cabeza del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN, izquierda), junto a su esposa Rosario Murillo, de 70 años de edad, en la vicepresidencia por segunda vez.
El exguerrillero sandinista, quien también gobernó Nicaragua en los años 80, luego de que el FSLN derrocara en 1979 al dictador Anastasio Somoza, enfrentó a Espinoza y a otros cuatro candidatos derechistas, desconocidos y tachados de colaboradores del gobierno.
Con 14 años en el poder, Ortega es acusado por sus críticos y opositores de “nepotismo” y de instaurar una dictadura en Nicaragua, mientras que el exguerrillero asegura que su gobierno es del “pueblo” y defiende la soberanía de su país de los “ataques” de Estados Unidos, cuyo presidente Joe Biden, calificó el domingo los comicios de una “farsa”.
Ondeando banderas rojinegras del FSLN, seguidores de Daniel Ortega festejaban esta madrugada, antes de que se hicieran públicos los resultados, en la Plaza de las Victorias, en el centro de Managua, en medio de fuegos artificiales, música y baile.
“Les guste o no les guste a los yanquis (EEUU), ¡nosotros mandamos!”.
Una votante afín a Daniel Ortega
Nicaragua elige a Ortega pese a abstención
Un total de 4.4 millones de electores en Nicaragua estaban llamados a votar y el CSE estimó en un 65% la participación, aunque el observatorio independiente Urnas Abiertas aseguró que la abstención habría alcanzado un 81.5%, según una verificación propia, no autorizada.
Los opositores, la mayoría en el exilio o presos, habían llamado a la abstención.
Los comicios también designaron a 90 diputados de un Congreso en Nicaragua que, al igual que todos los poderes del Estado, está bajo control del gobierno. Urnas Abiertas señaló que las elecciones estuvieron marcadas por la “abstención”, “control paramilitar” y “hostigamiento a trabajadores del Estado” para forzarlos a votar.
A medida que se fueron adoptando reformas electorales durante su gobierno y cerrando espacios a la oposición, Daniel Ortega ha ido aumentando el porcentaje de sus victorias: ganó en 2006 con un 38%, en 2011 con 63% y en 2016 con 72%.
Protestas en Nicaragua
Los comicios de Nicaragua se celebraron tres años y medio después de las protestas de 2018 que exigieron la renuncia de Daniel Ortega y cuya represión dejó al menos 328 muertos y más de 100 mil exiliados, sumiendo al país centroamericano de 6.5 millones de habitantes en una profunda crisis política.
Acercándose las elecciones, en una ofensiva contra la oposición que comenzó en junio, fueron ilegalizados tres partidos y detenidos 39 activistas sociales, políticos, empresarios y periodistas -entre ellos siete aspirantes presidenciales-, sumándose a unos 120 opositores en Nicaragua que siguen presos desde 2018.
“Dado que el régimen ha perdido una buena parte de su base social, y, por lo tanto, también poder real, recurre a una creciente represión para intentar anular el proceso de implosión en desarrollo”.
Óscar René Vargas, sociólogo
El domingo, tras votar con su esposa, Daniel Ortega justificó las detenciones y acusó a los opositores en Nicaragua de conspirar contra la “paz”, al tiempo que los tildó de “terroristas”.
En virtud de leyes aprobadas a fines de 2020, los recientes detenidos en Nicaragua están acusados de atentar contra la soberanía, promover sanciones internacionales, “traición a la patria” y “lavado de dinero”, como es el caso de la aspirante opositora favorita, Cristiana Chamorro, hija de la expresidenta Violeta Barrios (1990-1997) y actualmente en arresto domiciliario.
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Críticas por elección en Nicaragua
Tras los arrestos de los opositores y su exclusión de los comicios, Estados Unidos y la Unión Europea (UE) impusieron sanciones al círculo íntimo de Daniel Ortega y cuestionaron los comicios por considerarlos antidemocráticos.
Apenas concluyó la votación, Biden calificó las elecciones de “farsa” y Costa Rica no reconoció las elecciones en Nicaragua, mientras que el mandatario de Venezuela, Nicolás Maduro, felicitó a su aliado.
Joe Biden se apresta a firmar un arsenal de medidas bajo la ley RENACER -aprobada por el Congreso la semana pasada, para aumentar la presión sobre el gobierno de Nicaragua que preside Ortega.
La situación en Nicaragua también se debatirá esta semana en la Asamblea General de la Organización de los Estados Americanos (OEA), que podría suspender al país del bloque regional.
Pero la experta en gobernabilidad Elvira Cuadra, en el exilio, advirtió que un aislamiento empeorará la situación y disparará aún más la migración.