El príncipe Michael de Kent, primo de la reina Isabel II, afirma que está dispuesto a utilizar sus influencias para facilitar el acceso de inversores al entorno del presidente de Rusia, Vladimir Putin, pese a las calamitosas relaciones actuales entre Moscú y Londres.
Esta información fue dada a conocer en un trabajo de investigación publicado este domingo por The Sunday Times y producido junto a Channel 4.
Los medios se hicieron pasar por representantes de una sociedad surcoreana dedicada al oro y que aspira a invertir en Rusia.
Durante una reunión, filmada con cámara oculta, el príncipe Michael de Kent, de 78 años, les ofreció sus servicios de representación por 10 mil libras diarias (11 mil 500 euros), añadiendo que podía grabar un discurso de apoyo a esta iniciativa desde su domicilio, en el londinense palacio de Kensington, también residencia del príncipe Guillermo, por 200 mil dólares (unos 164 mil euros).
Presente en la ocasión, su socio comercial, Simon Reading, destacó el rol del príncipe Michael de Kent como un “embajador no oficial de Su Majestad en Rusia”, presentándolo como a un “amigo de Rusia”, de acuerdo al Sunday Times.
Afirmó que sus relaciones con Putin no han sido afectadas por las tensiones con Moscú porque “supera las turbulencias políticas”.
Según la misma fuente, Reading ya había aprovechado una recepción en el Palacio de Kensington, en 2013, en presencia del príncipe, para efectivamente acercarse al Kremlin.
El príncipe Michael de Kent fue condecorado con la Orden de la Amistad en 2009 por el entonces presidente Dmitry Medvedev, época en que Putin era primer ministro.
Citados por la agencia británica PA, los servicios del príncipe Michael de Kent afirmaron que éste no ha tenido ningún contacto con Putin desde una reunión en 2013, asegurando que Simon Reading es “un buen amigo que, con el propósito de ayudar, realizó sugerencias que el príncipe Michael no habría deseado ni podido realizar”.
Al príncipe no se le considera miembro activo de la familia real y no es remunerado por la Corona.
- Se gana la vida en actividades de consultoría.
No obstante, estas revelaciones son embarazosas en momentos en que las relaciones entre Londres y Moscú viven su peor momento, afectadas por una serie de crisis, desde el envenenamiento del exespía Alexander Litvinenko, en 2006 en Londres, hasta el de su colega Serguéi Skripal y su hija, en 2018, pasando por muchos desencuentros diplomáticos.