Lo peor ha pasado: Últimas tormentas en España causan daños, pero sin víctimas

| 08:19 | Ma. Guadalupe Murillo V. | AFP

España respiró aliviada este jueves al constatar que el nuevo frente de tormentas que asoló el país causó sólo daños materiales y ninguno personal, dos semanas después de las inundaciones que dejaron 224 muertos, la mayoría en la región de Valencia.

La Agencia Estatal de Meteorología española (Aemet) rebajó su aviso rojo, el máximo, a naranja por las lluvias en el sur y el este del país, tras una noche con fuertes precipitaciones.

“Lo peor (…) ha pasado”, indicó la agencia Aemet en la red X, precisando que rebajó a naranja su alerta en la provincia de Málaga, en Andalucía (sur), y para toda la región de Valencia (este).

El nuevo aviso rojo decretado el miércoles en muchos municipios valencianos arrasados por el primer temporal hizo que los vecinos volvieran a pasar la noche pendientes del cielo y temiendo por el estado de su alcantarillado, en muchos casos taponado por el barro seco y los escombros aún por retirar.

Durante la noche se registraron, según los datos de Aemet, 110 mm de agua en Alcudia de Veo, en el interior de la Comunidad Valenciana, y 88 mm en Chiva, uno de los municipios más afectados por las inundaciones de finales de octubre.

Noche complicada en España

“Ha sido una noche complicada”, indicó Jordi Mayor, alcalde de Cullera, una localidad costera al sur de Valencia. “Nunca habíamos visto tanta lluvia como esta noche”, añadió en declaraciones a la televisión pública española.

Poco después de conocerse el aviso rojo de Aemet, el Gobierno valenciano –muy criticado por la gestión de las inundaciones del 29 de octubre– suspendió las actividades escolares, deportivas y de movilidad de vehículos privados en más de un centenar de municipios de esta región del este de España, incluida la capital, Valencia.

Las restricciones debían extenderse todo el día, pero ante la rebaja de los avisos meteorológicos se levantaron las limitaciones de circulación a partir del mediodía, según indicó el presidente regional, Carlos Mazón, en su cuenta de X.

La mejora del tiempo también permitió reanudar el servicio de trenes entre Barcelona y Valencia, suspendido la víspera, y culminar la reactivación de la línea de alta velocidad que une Madrid con la tercera ciudad de España. 

Interrumpida desde la catástrofe de finales de octubre, el primer tren de esta línea pudo salir finalmente hacia el mediodía.

Precaución hasta el final

Esta nueva DANA (depresión aislada en niveles altos) impactó sobre todo en Málaga, en el sur. El miércoles se desalojaron de forma preventiva más de 4 mil 200 personas, principalmente de viviendas próximas a los ríos, se suspendieron las clases, el transporte urbano y gran parte del servicio ferroviario de media y larga distancia. 

El temporal, que anegó calles y desbordó algún río, también obligó a posponer del miércoles al jueves la eliminatoria en Málaga entre España y Polonia de la Copa Billie Jean King de tenis femenino.

Con el levantamiento del aviso rojo, las autoridades seguían pidiendo cautela a la población, tras una noche “compleja”.

“Más vale prevenir que reconstruir”, reiteró este jueves el presidente regional andaluz, Juan Manuel Moreno, desde uno de los pueblos afectados.

La preocupación se desplaza ahora a la zona occidental de esta extensa región del sur de España. Donde gran parte de las provincias de Sevilla, Cádiz y Huelva están con aviso naranja. Las clases están suspendidas para más de medio millón de escolares.

También se encuentran a este nivel Alicante y Valencia, donde las nuevas lluvias afectaron el miércoles a la búsqueda de las 16 personas que siguen desaparecidas tras las mortíferas inundaciones, centradas ahora en barrancos, lagunas y zonas litorales.

Las nuevas lluvias también provocaron el aplazamiento al viernes de la esperada comparecencia de Mazón, quien debía dar cuenta el jueves ante el parlamento regional de su gestión de las inundaciones.

El dirigente conservador es objeto de fuertes críticas por la respuesta a la emergencia que derivó en las destructivas inundaciones del 29 de octubre, que muchos consideraron negligente y lenta. Este malestar dio lugar a una masiva manifestación que reunió a 130 mil personas el sábado en Valencia. 

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