Imágenes dan la vuelta al mundo: El desierto del Sáhara se inunda
El desierto del Sahara, conocido por su aridez extrema, fue escenario de un evento climático inusual entre septiembre y octubre de 2024: intensas lluvias abarcaron vastas áreas del desierto, generando inundaciones temporales y creando cuerpos de agua en regiones que normalmente experimentan sequedad extrema.
Las precipitaciones fueron provocadas por una tormenta extratropical que desplazó grandes cantidades de humedad hacia el sur de Marruecos, donde algunas áreas reciben menos de 25 milímetros de lluvia al año.
Sin embargo, este evento llevó a lugares como Tagounite a registrar más de 100 milímetros de precipitación en solo 24 horas, una cifra que supera con creces su promedio anual. Este volumen de agua, acumulado en solo unos días, es equivalente a lo que el Sahara ha recibido en años.
Lluvias intensas en el Sahara: un fenómeno inusual
Meteorólogos han descrito este fenómeno como uno de los eventos más significativos en el desierto del Sahara en décadas. La rapidez e intensidad de las lluvias transformaron temporalmente el paisaje desértico, incluso cubriendo algunas zonas de vegetación, un contraste inusual en una de las áreas más secas del mundo.
Uno de los impactos más notables ha sido la recuperación del lago Iriqui, un lecho seco ubicado entre las regiones de Zagora y Tata, que llevaba cinco décadas sin recibir agua. Las imágenes captadas del área muestran cómo el agua ha vuelto, creando un oasis temporal en el corazón del Sahara.
El cambio climático y su posible relación con las lluvias en el Sahara
El fenómeno de las lluvias inusuales ha reavivado el debate sobre el impacto del cambio climático en la región. Científicos y meteorólogos están evaluando la posibilidad de que estas precipitaciones sean indicio de alteraciones en los patrones climáticos tradicionales. También se analiza la relación entre las lluvias y el desplazamiento de la Zona de Convergencia Intertropical (ZCIT), que podría haber facilitado el transporte de humedad hacia el norte del Sahara.
Este fenómeno podría señalar un cambio a largo plazo en los patrones de precipitación en la región. Ello plantea la posibilidad de que eventos como este se vuelvan más comunes en áreas históricamente secas.