Varios de los líderes de las mayores economías del mundo reunidos en Roma para el G20 cumplieron este domingo el legendario rito de la buena suerte al lanzar una moneda a la célebre Fontana de Trevi de espaldas como dicta la tradición.
Lo que resultará la foto símbolo de la cumbre es un ritual que tiene su origen en la historia centenaria de la Ciudad Eterna y es también un mensaje de optimismo al mundo ante los desafíos que deben encarar por el cambio climático, la pandemia y las desigualdades.
Por ello los presidentes estadounidense, Joe Biden y de Francia, Emmanuel Macron, la canciller saliente de Alemania, Angela Merkel, el primer ministro británico, Boris Johnson, así como los jefes de gobierno de Italia y España, Mario Draghi y Pedro Sánchez, entre otros dirigentes políticos y de instituciones internacionales, arrojaron a la fuente monedas de un euro.
Entre los ausentes figuraban los presidentes chino, Xi Jinping, ruso, Vladimir Putin, mexicano, Andrés Manuel López Obrador, quienes siguen los trabajos por videoconferencia.
El gesto simbólico, propuesto por el anfitrión de la cumbre, Mario Draghi, deberá contribuir a que los líderes del G20, que el domingo clausuran sus labores, lleguen a un acuerdo para que la neutralidad carbono sea una realidad antes del 2050 y se presenten a la conferencia de la COP26 de Glasgow, en Escocia, con una decisión colectiva para la protección del planeta.
Ante la imponente fuente barroca, construida por Nicola Salvi entre 1732 y 1762, célebre por el baño de Anita Ekberg y su frase “Marcello, come here” a Marcello Mastroianni en el filme “La dolce vita” (1960) de Federico Fellini, los líderes del G20 conversaron y bromearon ante cámaras de televisión y los fotógrafos de todo el mundo.