La Organización Mundial de la Salud (OMS) otorgó este viernes su homologación de emergencia a la vacuna contra el COVID-19 de Moderna, la quinta en recibir esa aprobación de la agencia sanitaria de la ONU.
Esta vacuna, basada en la tecnología de ARN mensajero, “se añade a la lista creciente de vacunas validadas por al OMS para un uso de emergencia”, indicó la agencia de la ONU en un comunicado.
Hasta ahora, la OMS había homologado la vacuna de Pfizer-BioNTech, los dos sueros de AstraZeneca fabricados en India y en Corea del Sur y el de Johnson & Johnson, llamado Janssen. Se espera que próximamente se tome una decisión para las dos vacunas chinas, Sinopharm y Sinovac.
Este procedimiento contribuye a que los países que no tienen medios para determinar si un medicamento es eficaz e inocuo, puedan acceder más rápidamente al mismo; y también permitirá que el sistema Covax, puesto en marcha por la OMS con otros socios para repartir vacunas contra el COVID-19 en países desfavorecidos, pueda contemplar dotarse de más vacunas.
La vacuna desarrollada por Moderna, una empresa emergente pionera en vacunas anticovid, tiene unas características parecidas a la desarrollada por Pfizer-BioNTech, con un 94,1% de eficacia.
Esa vacuna estadounidense ha sido autorizada en la Unión Europea, en Estados Unidos, el Reino Unido, Israel y Singapur, entre otros países.
El 21 de enero fue examinada por el Grupo Estratégico Consultivo de Expertos (SAGE) sobre vacunación, encargado de emitir recomendaciones sobre las vacunas.
El grupo recomendó que la vacuna se use en todos los grupos de edad a partir de los 18 años. Los expertos de la OMS recomiendan, además, que la vacuna de Moderna se administre en dos dosis con un intervalo de 28 días, aunque apuntaron que la segunda inyección puede “aplazarse 42 días” (seis semanas) en circunstancias excepcionales, como una grave crisis sanitaria o escasez de dosis.
Sin embargo, no recomiendan reducir la dosis a la mitad.