A casi medio año de la crisis de cancelaciones que enfrentó el sector aéreo en Estados Unidos durante la Navidad pasada, el presidente Joe Biden anunció que su administración alista nuevas normas para que las aerolíneas compensen a sus pasajeros por los atrasos o cancelaciones importantes en los vuelos cuando éstas tengan responsabilidad.
“Mi administración propondrá una nueva regla histórica que obligará a todas las aerolíneas de Estados Unidos a compensar con comidas, hoteles, taxis, tarifas de cambio de reserva y efectivo, millas o cupones de viaje cuando sean culpables de la cancelación o demora”
Joe Biden / presidente de Estados Unidos
Asimismo, durante una conferencia de prensa el lunes, el mandatario estadounidense Joe Biden destacó que en Europa y Canadá los usuarios ya reciben este tipo de compensaciones de las aerolíneas, mientras que en EU éstas no han avanzado pese a los esfuerzos federales.
Tan sólo en julio de 2021 una propuesta buscaba obligar a las aerolíneas a reembolsar a los consumidores las tasas por equipaje retrasado o por servicios a bordo que no funcionen, como el Wi-Fi, aunque todavía no se concreta.
Asimismo, el Departamento de Transporte planea redactar una normativa que obligue a las compañías aéreas a cubrir gastos como comidas y hoteles si son responsables por los problemas en los vuelos.
La mayoría de las compañías se comprometieron voluntariamente en agosto a proporcionar hoteles o comidas, pero se resistieron a ofrecer compensaciones en metálico por los retrasos.
Toda vez que úicamente Alaska Airlines y JetBlue ofrecen bonos de viaje en retrasos de más de tres horas, además de las compensaciones regulares entre las que figuran los vales de comida o estancia en hoteles.
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La medida contra las aerolíneas
Mientras que ésta es la más reciente de las decisiones del gobierno de Biden para endurecer las medidas contra las aerolíneas, con miras a reforzar la protección de los pasajeros en los vuelos nacionales e internacionales que salen o llegan a Estados Unidos.
“Cuando una compañía aérea provoca la cancelación o el retraso de un vuelo, los pasajeros no deben pagar la factura“, afirmó a través de un comunicado el secretario de Transporte Pete Buttigieg.
Aunque la dependencia no especificó cuánto dinero pretende exigir que las aerolíneas paguen a los pasajeros por retrasos significativos, el año pasado preguntó a las compañías si aceptarían pagar al menos 100 dólares por retrasos de más de tres horas que fueran su responsabilidad.
Aun así, la redacción y finalización de las normas podría llevar años, toda vez que algunas compañías aéreas se preguntan en privado si el departamento tiene autoridad legal para imponer compensaciones por retrasos.
Hasta ahora, el gobierno de Joe Biden se ha opuesto a las tasas por asiento familiar, investigado a 10 aerolíneas por no reembolsar los boletos, presionado a Southwest Airlines para que haga más tras el colapso navideño que provocó más de 16 mil cancelaciones de vuelos, además de otras nuevas protecciones al consumidor.
Asimismo, el departamento aclaró el lunes en un sitio web gubernamental que ninguna compañía aérea estadounidense ha acordado ofrecer compensaciones en metálico por vuelos retrasados o cancelados bajo el control de las compañías.
El Gobierno de Biden ha discutido con las compañías aéreas estadounidenses sobre quién tuvo la culpa de cientos de miles de interrupciones de vuelos el año pasado.
Las líneas aéreas niegan responsabilidad
Por otra parte, Airlines for America, que representa a Delta Air Lines, United Airlines, American Airlines, y otras, afirmó que las aerolíneas locales “no tienen ningún incentivo para retrasar o cancelar un vuelo y hacen todo lo que está en su mano para garantizar que los vuelos salgan y lleguen a tiempo, pero la seguridad es siempre la máxima prioridad”.
Y es que las compañías aéreas estadounidenses acusan que la Administración Federal de Aviación (FAA) reconoce que no tiene suficiente personal de control del tráfico aéreo y está operando un 10% menos de vuelos que en 2019 para reducir la presión sobre el sistema.
En tanto que actualmente no existe ningún requisito legal que obligue a las compañías aéreas a compensar a los pasajeros estadounidenses por los vuelos retrasados o cancelados, pero la Unión Europea y algunos otros países exigen compensaciones de hasta 600 euros por los retrasos más importantes.