El candidato ultraliberal Javier Milei obtenía una luz de ventaja sobre el oficialista Sergio Massa para el balotaje presidencial, según recientes sondeos, aunque expertos consideraron que el resultado está “abierto” ante la volatilidad que ha mostrado este año el voto en Argentina.
Milei, un excéntrico economista que propone eliminar el banco central y dolarizar la economía, lograba una diferencia de 4 puntos porcentuales sobre el peronista moderado Massa para el balotaje del 19 de noviembre, de acuerdo con la última encuesta de la consultora Aresco.
Un sondeo de esta semana de la Universidad de San Andrés mostró al libertario recién llegado a la política -que se ha beneficiado del fastidio de los argentinos por la crisis económica– con una intención de voto del 40% frente al 34% del actual ministro de Economía, sumando los votos en blanco pero sin contabilizar indecisos.
“Si las elecciones fuesen hoy, ganaría Milei. Pero uno tiene que considerar lo que pasó en la elección primaria y en la elección general: movimientos de 4 o 5 puntos en la última semana, en los últimos 3 o 4 días“, dijo la directora de la consultora Trespuntozero, Shila Vilker, cuyos análisis muestran ganador por escaso margen al ultraliberal.
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Muy pocos sondeos anticiparon este año la victoria de Massa en la primera ronda electoral de octubre y, dos meses antes, el triunfo de Milei en las primarias, en el contexto de una alta volatilidad del voto que ha resultado difícil captar con los métodos usuales.
“El balotaje lo estamos viendo en un escenario abierto por varios factores: primero, porque las diferencias entre los candidatos son bajas; por otro lado, acabamos de transitar dos procesos electorales donde la última semana hubo crecimientos importantes” en intención de voto, destacó Federico Aurelio, presidente de la firma Aresco.
Pese a la inflación del 140% anual que sufre el país, el ministro de Economía obtuvo el 36,7% de los votos en las elecciones generales de octubre, frente al 30% de Milei y el 23,8% de la conservadora Patricia Bullrich, cuyos votantes parecen inclinarse mayormente por el líder libertario luego de su respaldo abierto.
Atrapados entre una voluntad de cambio tras años de desilusionantes gestiones peronistas y el recelo a un polémico postulante de derecha tildado por algunos de antidemocrático, muchos argentinos se sienten obligados a elegir el “mal menor”.
¿Quién es el ultraliberal Javier Milei?
Con el pelo alborotado, histrionismo y un discurso incendiario que apunta contra lo que él describe como “la casta política“, Javier Milei es la mayor sorpresa política de los últimos años en Argentina.
Un completo ‘outsider’ del ‘establishment’ político argentino. El actual diputado y economista de 52 años era hasta hace apenas unos años un comentarista en programas de televisión, identificable más por sus excentricidades y teatralismo.
Sin embargo, gracias al descontento social con los políticos tradicionales impulsado por una grave crisis económica con alta inflación, Milei y su partido crecieron al punto de superar en las primarias a los dos pesos pesados de la política local.
Entre otras propuestas de extrema derecha, Milei ha dicho que eliminará el banco central y adoptará el dólar estadounidense como moneda para reducir la inflación. También prometió privatizar la salud, la educación y eliminar la obra pública, en una intensa reducción del estado.
¿Quién es el oficialista Sergio Massa?
El actual ministro de Economía, un abogado de 51 años, buscará en las elecciones retener el poder para la coalición peronista gobernante. Que, por cierto, cierra su actual gestión a manos del presidente Alberto Fernández envuelto en una crisis.
Massa, un político de larga trayectoria que cimentó su poder como alcalde del suburbio de Tigre, ve en la reducción del déficit fiscal y el fortalecimiento de las reservas la respuesta al complejo acertijo de la economía argentina. Junto al clásico objetivo del peronismo de apostar por el mercado interno.
Con fluidos contactos con hombres de negocios y con Washington, Massa es la expresión de un peronismo que busca presentarse conciliador con los mercados, que observan con satisfacción una aparente disminución en el nivel de influencia de Cristina Fernández de Kirchner, la referente de centroizquierda en la coalición, en las decisiones del partido.
