En un avistamiento inusual, dos buzos capturaron en imágenes un calamar gigante de 2.5 metros de largo que nadaba frente a la costa occidental del archipiélago japonés.
¿Cómo fue el encuentro con el calamar gigante?
Según refirieron los monitores de buceo Yosuke Tanaka y su esposa Miki, ambos fueron advertidos de la presencia del molusco gigante por un vendedor de aparejos de pesca, quien les dijo haberlo visto nadar cerca de la superficie en una bahía de la zona, en el departamento de Hyogo, al oeste de Japón.
Tras ello, la pareja partió en barco al encuentro con el calamar gigante, de unos 2.5 metros de largo, cerca de una orilla rocosa, donde no es común verlos.
“Estaba allí, un calamar enorme”, explicó Tanaka. “No tenía los movimientos ágiles de muchos peces y criaturas marinas. Sus tentáculos y aletas se movían muy lentamente”, precisó.
Asimismo, el japonés apuntó que el calamar parecía débil, además de que parte de su piel parecía desprenderse del cuerpo, a la par que destacó que el tamaño del animal y sus enormes ojos eran sorprendentes.
Se sabe que los calamares gigantes viven en la profundidad de las aguas cercanas a Japón y a veces terminan en sus costas, pero es muy raro verlos con vida en el mar. Ello, a fin de escapar de la luz solar.
Otros avistamientos
En tanto que ya en 2022 se habían realizado avistamientos similares, uno de ellos también en Japón, siendo visto vivo en abril en una playa de Ugu, en la ciudad de Obama, cerca de la orilla, donde parecía descansar, entre los curiosos que atestiguaron su extraña visita.
En esa ocasión, en la prefectura de Fukui, el espécimen de casi 4 metros de largo y 80 kilogramos de peso fue trasladado a un acuario en la prefectura de Sakai, donde le realizaron exámenes médicos para conocer su estado de salud, luego de que las autoridades afirmaron que parecía haberse desorientado, siendo todavía joven pese a sus dimensiones.
Además, en septiembre de 2022 excursionistas hallaron el cuerpo de un calamar gigante en la playa de Golden Bay-Mohua, en Nueva Zelanda, que pudo haber llegado a medir 4 metros, ya que los restos estaban incompletos, posiblemente mordidos por peces.
De igual forma, en la misma zona apareció un ejemplar de estos moluscos varado en 2019 en las playas de dicha reserva natural, donde ambos fueron encontrados semienterrados en la arena.