Presionado por seguidores que pedían más ayudas económicas afuera del Palacio de Planalto, sede del poder Ejecutivo en Brasil, el presidente Jair Bolsonaro frunció el ceño e informó: “Brasil está en bancarrota, hombre” y “no puedo hacer nada”: la declaración resonó en el país que ya se encuentra atrasado en la aplicación de vacunas contra el coronavirus (COVID-19).
- Jair Bolsonaro es un escéptico del COVID-19, pese a que ya se ha contagiado.
- Brasil posee 7 millones 753 mil 752 contagios y 197 mil 732 muertes por COVID-19.
La economía de Brasil probablemente crecerá 3% en 2021 y menos en 2022, dijo el martes el Banco Mundial, porque el estímulo se desvanece mientras Jair Bolsonaro trata de recuperar la producción perdida durante la pandemia. El pronóstico para el Producto Interno Bruto (PIB) de Brasil en 2021 es 0.8% más alto que en su estimación de junio, pero muy bajo para compensar la probable caída del 4.5% en 2020.
Jair Bolsonaro y COVID-19 en Brasil
- Jair Bolsonaro es criticado por desestimar peligros del COVID-19.
- Enfrenta cuestionamientos por retrasos del despliegue de la vacuna en Brasil.
Casi 200 mil brasileños han muerto a causa del COVID-19, pero todavía faltan por lo menos tres semanas para que se ponga en marcha un programa nacional de inmunización. No obstante, el apoyo de Jair Bolsonaro resiste bien durante la crisis, según encuestas, debido a un paquete de estímulo de aproximadamente 400 mil millones de reales (76 mil millones de dólares) que ayudaron a millones de personas.
El presidente Jair Bolsonaro, que vio disparada su popularidad gracias al paquete de estímulo, alega que esos subsidios deben cortarse “porque Brasil no aguanta más” sus niveles de déficit y su deuda. Esta ayuda le costó a las arcas del Estado unos 230 mil 980 millones de reales (45 mil millones de dólares) y, sumada a otras medidas de estímulo, supuso un esfuerzo de casi el 10% del PIB.
El martes, millones de ciudadanos recibieron el último pago del paquete de estímulo, programa contra la crisis del COVID-19 bastante generoso y que benefició a un tercio de los 212 millones de ciudadanos de Brasil. Sin embargo, Jair Bolsonaro ha quedado rezagado en la carrera mundial por la vacuna, lo que incrementa la presión sobre las arcas de la mayor potencia de la región: el Gigante Sudamericano.