Enfermera inglesa se compra botanas con tarjeta de paciente fallecida por COVID-19

Ayesha Basharat, enfermera de West Midlands, Inglaterra, usó la tarjeta de crédito de una paciente muerta para comprarse botanas. Fotos: @WMPolice.

Ayesha Basharat, enfermera que trabaja en una sala contra coronavirus (COVID-19) del Hospital Heartlands en West Midlands, Inglaterra, fue condenada por utilizar la tarjeta de crédito de una paciente de 83 años, fallecida de coronavirus, para comprarse botanas: “papas fritas, dulces y refrescos”.

A través de un comunicado de prensa difundido en redes sociales, la Policía de West Midlands, Inglaterra, dijo que la enfermera Ayesha Basharat compró las botanas con la tarjeta de crédito de la paciente a las 13:56 horas locales, tan sólo 17 minutos después del deceso de la adulta mayor.

“La compra de botanas fue realizada en una máquina expendedora del hospital. La enfermera de 26 años realizó seis compras con la tarjeta de crédito, e intentó hacer más compras días después. Para ese momento, la tarjeta ya había sido cancelada por autoridades bancarias (de Inglaterra)”.

Confusiones que cuestan la libertad

  • Los registros de la tarjeta de crédito permitieron identificar su paradero
  • La enfermera dijo que vio la tarjeta de crédito en el suelo, “y la confundió con la suya”

En cuanto la Policía de Inglaterra supo del paradero de la tarjeta de crédito, se lanzó a la unidad COVID-19 del Hospital Heartlands, y también se corroboró, gracias a las cámaras de videovigilancia, que la enfermera fue la que compró las botanas en los tiempos indicados por los registros bancarios.

“Sin embargo, las tarjetas de crédito eran de colores diferentes. La enfermera ignoró el protocolo del hospital sobre objetos perdidos. Admitió robo, fraude, representación falsa, y (autoridades de Inglaterra) la condenaron el 9 de junio a cinco meses (de cárcel) y una suspensión (profesional) de 18 meses”.

Andrew Snowdon, oficial investigador de la Policía de West Midlands, Inglaterra, comentó sobre la enfermera Ayesha Basharat y su compra de botanas:

“Fue un abuso de confianza abominable y angustioso para la familia de la víctima. Descubrieron que faltaba la tarjeta bancaria: se la llevó alguien que debió cuidar de ella. Le deseo a la familia lo mejor para el futuro y, con esta convicción, espero que salgan adelante de este perturbador periodo”.

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