En una visita que se llevó los reflectores a nivel mundial, el presidente ruso Vladimir Putin llegó a Corea del Norte, donde fue recibido por el líder norcoreano Kim Jong Un. Lo que realmente sorprendió a todos no fue sólo la visita de Putin, sino un gesto poco común en el protocolo diplomático: Kim Jong Un manejó la limusina Aurus, de fabricación rusa, para trasladarlo a la Casa de Huéspedes del Estado de Kumsusan.
La llegada de Putin a Pyongyang se retrasó varias horas, por lo que descendió de su avión antes del amanecer. Fue recibido por Kim en la alfombra roja. Aunque la ceremonia fue significativamente más modesta comparada con la recepción para el presidente chino Xi Jinping en 2019. Sin embargo, la visita no careció de simbolismo y gestos amigables.
Después del saludo inicial, ambos líderes se dirigieron a la Casa de Huéspedes del Estado de Kumsusan en la limusina Aurus.
Este detalle, que puede parecer menor, capturó la atención de muchos: no es común ver a dos líderes mundiales juntos en un automóvil, mucho menos con uno de ellos al volante.
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Las imágenes de Kim manejando la limusina de Putin recorrieron rápidamente el mundo, destacando una dinámica de cercanía y camaradería entre ambos mandatarios.
La ciudad de Pyongyang estaba decorada para la ocasión. Fotos de los medios estatales mostraron retratos de Putin alineando las calles y la imponente fachada del inacabado Hotel Ryugyong de 101 pisos iluminada con un gigantesco mensaje de “Bienvenido Putin”.
Este recibimiento visual subrayó la importancia que Corea del Norte le atribuyó a la visita.
En el contexto político, la visita de Putin se produce en un momento de creciente cooperación entre Rusia y Corea del Norte. En un artículo en el principal periódico del partido gobernante norcoreano, Putin elogió a Pyongyang por resistir las presiones económicas y amenazas de Estados Unidos. Además, prometió desarrollar mecanismos alternativos de comercio no controlados por Occidente y construir una arquitectura de seguridad en Eurasia.
Rusia y Corea del Norte firman acuerdo
Durante la visita, ambos líderes firmaron un tratado de asociación estratégica. Aunque no se revelaron los detalles del documento, las potencias occidentales temen que este acuerdo refuerce la cooperación militar entre Moscú y Pyongyang, especialmente en el contexto del conflicto en Ucrania.
Putin afirmó que el tratado incluye asistencia mutua en caso de agresión. Mientras que Kim lo calificó de pacifista y defensivo, señalando que ampliará la cooperación en política, economía y defensa.
Esta visita no sólo refuerza la alianza entre Rusia y Corea del Norte, sino que también lanza un mensaje claro al mundo sobre la postura de ambos países ante la presión internacional.