El movimiento islamista Hezbolá afirmó el sábado que lanzó decenas de cohetes Katiusha contra el norte de Israel, en “solidaridad” con el pueblo palestino y como respuesta a los ataques israelíes en el sur de Líbano.
“La resistencia islámica agregó el nuevo asentamiento de Beit Hillel (norte de Israel) a su lista de objetivos y lo bombardeó por primera vez con decenas de cohetes”, dijo el movimiento proiraní en un comunicado.
Temores crecientes de un estallido general en el polvorín de Medio Oriente
Estados Unidos y Reino Unido instaron a sus respectivos ciudadanos presentes en Líbano a partir cuanto antes.
“Las tensiones son elevadas y la situación podría deteriorarse rápidamente“, advirtió el ministro de Exteriores de Reino Unido, David Lammy, al agregar: “Mi mensaje a los ciudadanos británicos allí es claro: váyanse ya”.
Los jefes de las diplomacias de Estados Unidos y Francia, Antony Blinken y Stéphane Séjourné, instaron en una conversación telefónica a todas las partes a la “máxima moderación, para evitar una conflagración que tendría consecuencias devastadoras para los países de la región”, indicó la cancillería francesa.
El Departamento de Defensa de Estados Unidos reveló el viernes que había ordenado “ajustes” para “mejorar la protección” de sus fuerzas y “aumentar el apoyo a la defensa de Israel”, ante “la posibilidad de una escalada regional por parte de Irán y sus socios”.
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La tensión subió con la muerte el martes, en un bombardeo israelí de un suburbio de Beirut, de un alto cargo de Hezbolá y con el asesinato al día siguiente en Teherán, atribuido a Israel, del líder de Hamás, Ismail Haniyeh.
Haniyeh, cuya muerte fue denunciada el sábado en protestas en varios países musulmanes -entre ellos Marruecos y Turquía-, fue enterrado la víspera en un cementerio cerca de Doha, en Catar, donde vivía exiliado, tras recibir multitudinarias exequias.
El líder supremo de Irán, el ayatolá Ali Jamenei, amenazó a Israel con un “castigo severo” y el líder de Hezbolá, Hasan Nasrallah, habló de una “respuesta inevitable”.
La representación de Irán ante Naciones Unidas dijo esperar que Hezbolá ataque en “profundidad” el territorio israelí y que no se limite a objetivos militares.
Israel y el Hezbolá libanés, aliado de Hamás, protagonizan duelos casi diarios de artillería desde el inicio de la guerra en Gaza.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, aseguró el jueves que Israel “está en un alto nivel de preparación para cualquier escenario, tanto defensivo como ofensivo”.
En este contexto, la aerolínea turca Turkish Airlines canceló el sábado, por segunda noche consecutiva, sus vuelos nocturnos a Teherán, sin ofrecer explicación.