Los habitantes de Shanghái, la urbe china afectada por un brote de COVID-19, se enfrentaron a policías que les pedían ceder sus apartamentos para aislar a pacientes contagiados, según videos en las redes sociales que muestran una inhabitual resistencia frente a las autoridades.
Shanghái, una ciudad con 25 millones de habitantes y que es uno de los motores económicos de China, es el centro de un nuevo brote de COVID-19 que desafía la estricta política “cero COVID” que promueven las autoridades.
La casi totalidad de la población de Shanghái está confinada desde principios de abril y muchos se han quejado de la falta de alimentos y de las excesivas medidas de las autoridades para hacer cumplir las cuarentenas.
Las autoridades de Shanghái aíslan a las personas que dan positivo, incluso si son asintomáticas, ubicándolas en centros de cuarentena. Pero con más de 20 mil nuevos casos diarios estos últimos días, el aislamiento sistemático se complica.
El jueves por la noche, varios videos que circulaban en las redes sociales mostraron a residentes de Shanghái en el exterior de sus viviendas gritando a los agentes que portaban trajes protectores en los que se leía la palabra “policía”.
En uno de los videos, la policía de Shanghái efectúa aparentemente varias detenciones, mientras los residentes acusan a las fuerzas de seguridad de “golpear a la gente”.
Estos videos provocaron tales críticas que el grupo Zhangjiang, promotor inmobiliario del complejo residencial, publicó un comunicado sobre el incidente.
En él, afirma que “la situación es ahora tranquila” después de que “algunos inquilinos obstaculizaran la construcción” de una cerca de cuarentena.
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Shanghái censura protestas
El incidente se produjo cuando las autoridades de Shanghái ordenaron a 39 personas poner a disposición sus viviendas “en respuesta a las necesidades de prevención y control de la epidemia”, y albergar en sus apartamentos a pacientes contagiados del virus, según el promotor.
En un video divulgado en directo por WeChat una mujer declara, sollozando: “el grupo Zhangjiang quiere convertir nuestro complejo residencial en un lugar de cuarentena y colocar ahí a personas que dan positivo al coronavirus”.
El promotor asegura haber ofrecido una compensación a los habitantes de Shanghái, y haberlos realojado en otro sitio. Los censores borraron gran parte de los videos en línea sobre el incidente, pero circulaban entre usuarios de redes sociales.
Los habitantes de Shanghái parecen cada vez más exasperados por las dificultades de acceso a los alimentos y por el aislamiento forzado de personas que dan positivo en centros de cuarentena, cuyo confort e higiene son precarios.
Las manifestaciones son muchos menos frecuentes en China que en Occidente, aunque se producen de forma regular. Son poco mediatizadas, aunque tienen eco en internet, donde la velocidad de los contenidos supera la capacidad de la censura.
El ministerio de Salud informó el viernes de 24 mil nuevos casos positivos en China, de los cuales se detectaron en 23 mil en Shanghái. Son cifras muy elevadas para el país asiático que aplica una muy estricta estrategia contra el COVID.