A 10 días del inicio del conflicto armado, este lunes el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, llamó a parar la guerra civil en Sudán, que amenaza con propagarse a toda la región.
“La violencia debe parar. Se corre el riesgo de una conflagración catastrófica dentro de Sudán que podría envolver a toda la región y más allá”
Antonio Guterres / secretario general de la ONU
Asimismo, durante su participación en la sesión del Consejo de Seguridad dedicada al multilateralismo, organizada a petición de Rusia, el jefe de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) pidió a “todos los miembros del Consejo que ejerzan la máxima presión sobre las partes para poner fin a la violencia, restablecer el orden y volver a la senda de la transición democrática“, y agregó que “todos debemos hacer todo lo que esté en nuestra mano para sacar a Sudán del borde del abismo”, agregó.
Mientras que, a la par de condenar “con firmeza” los bombardeos indiscriminados a zonas civiles y centros de salud sudaneses, Guterres pidió a las partes beligerantes cesar los combates en las zonas densamente pobladas, además de permitir las labores humanitarias.
En este sentido, agregó que los civiles deben tener acceso a alimentos, agua y otros productos básicos, así como poder evacuar las zonas de combate, subrayando que la ONU y las organizaciones humanitarias con las que trabaja están “reconfigurando” su presencia en el país para poder seguir “llevando ayuda a los sudaneses.
“Déjenme ser claro: la ONU no se está yendo de Sudán”, recalcó, apuntando que “nuestro compromiso es con los sudaneses” en “estos tiempos terribles”, aunque precisó que había autorizado el traslado temporal tanto dentro como fuera del país de “algunos” miembros del personal de la ONU y a sus familias.
Además, ya el jueves pasado Guterres había pedido a los dos generales en pugna que decretaran el alto el fuego “de al menos tres días” con motivo de la celebración del Aíd al Fitr, que marca el final del Ramadán, el mes sagrado de ayuno musulmán, pero los combates prosiguieron.
¿Qué está pasando en Sudán?
La violencia se desató en el país africano, de unos 45 millones de habitantes, el 15 de abril por la disputa entre el ejército a cargo del general Abdel Fatah al Burhan, gobernante de facto de Sudán desde el golpe de 2021, y el general Mohamed Hamdane Daglo, líder de las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF, por sus siglas en inglés), con un saldo hasta el momento de más de 420 muertos y más de 3 mil 700 heridos, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Mientras que ambas fuerzas se enfrentan tras la inclusión de las paramilitares RSF al Ejército sudanés, con lo que cederían al gobierno de facto el control de la mayoría de las minas de oro que existen en el país africano.
Asimismo, Daglo, también conocido como Hemedti, acusa a su antiguo amigo y aliado al Burhan de ser un “caballo de Troya” de los islamistas y caciques de la época de al Bashir, el dictador depuesto durante el golpe de Estado de 2019, asegurando haber dejado atrás su pasado contra la población, con el que inició su carrera en la aplicación de la política de tierra quemada contra minorías étnicas no árabes en Darfur.