Los sangrientos enfrentamientos entre las fuerzas de dos generales rivales en Sudán entraron este sábado en su segunda semana, dejando ya cientos de muertos y miles de heridos, sin que se logre implementar una tregua reclamada internacionalmente.
Los combates callejeros decayeron la noche del viernes en algunas partes de Jartum, la capital, pero se reanudaron este sábado por la mañana con ráfagas de disparos y fuertes explosiones, ignorando los anuncios de un alto el fuego.
Al menos 413 personas murieron y 3 mil 551 resultaron heridas desde que estallaron los choques el 15 de abril entre fuerzas leales al jefe del ejército, Abdel Fatah al Burhan, y su subalterno Mohamed Ahmed Daglo, líder del grupo paramilitar Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR), según la Organización Mundial de la Salud.
El ejército anunció el viernes que había “acordado un alto el fuego de tres días” para “permitir a la población celebrar el Aíd al Fitr y facilitar la llegada de servicios humanitarios”, como lo pidieron el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, y el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken.
El Aíd marca el fin del mes sagrado musulmán del Ramadán.
Daglo dijo en un comunicado por internet que había “discutido la actual crisis” con Guterres y que estaba “enfocado en la tregua humanitaria, pasaje seguro y protección de los trabajadores humanitarios”.
Dos treguas acordadas previamente en la semana no lograron detener los enfrentamientos.
Autorizan evacuación de extranjeros en Jartum
El ejército sudanés declaró este sábado que había aceptado ayudar a evacuar a ciudadanos extranjeros, mientras se escuchaban disparos y los ataques aéreos en Jartum.
El comunicado -que cita al jefe del ejército, Abdel Fatteh al-Burhan- se conoce tras las promesas de su rival, el líder de las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR), Mohamed Hamdan Dagalo, conocido como Hemedti, de abrir los aeropuertos para las evacuaciones.
Los habitantes de Omdurman y Bahri, ciudades hermanadas con Jartum, afirmaron que los combates se intensificaron a última hora de la mañana del sábado tras una relativa calma, con ataques aéreos cerca de la emisora estatal y tiroteos en varias zonas.
Las imágenes de televisión en directo mostraban una enorme nube de humo negro que se elevaba desde el aeropuerto de Jartum y el sonido de disparos y estampidos de artillería.
El súbito colapso bélico de Sudán hace una semana ha echado por tierra los planes de restaurar el Gobierno civil, ha llevado a un país ya empobrecido al borde de la catástrofe humanitaria y amenaza con un conflicto más amplio que podría atraer a potencias extranjeras.
Todavía no hay señales de que ninguna de las partes pueda asegurar una victoria rápida o esté dispuesta a retroceder y dialogar. El ejército dispone de poder aéreo, pero la FAR está ampliamente implantada en zonas urbanas, incluidos los alrededores de instalaciones clave en el centro de Jartum.
Burhan y Hemedti ocupaban los dos puestos más altos del consejo de gobierno que supervisaba la transición política tras el golpe de 2021, que debía incluir el paso a un gobierno civil y la fusión de la FAR con el Ejército.