Con una serie de iniciativas conservadoras, entre ellas la ley de aborto más restrictiva de Estados Unidos, el gobernador de Texas, Greg Abbott, se congracia con la extrema derecha del país, en un momento en que una eventual candidatura presidencial del republicano Donald Trump es aún incierta.
La ley de Texas que prohíbe las interrupciones de embarazo después de las seis semanas está siendo examinada por la Suprema Corte de Estados Unidos, que tiene previsto debatirla este domingo. Algunos observadores temen que el tribunal, de tendencia conservadora, anule los derechos al aborto que se habían logrado hace tiempo.
Pero la ley del aborto de Texas es sólo la última provocación política del gobernador Abbott, un católico que cumplirá 64 años en noviembre. En tan sólo unos meses ha creado un abanico de leyes cuyo único común denominador parece ser seducir a la extrema derecha.
Una de ellas obliga a los estudiantes transexuales a jugar sólo en equipos deportivos cuyos miembros tengan el mismo sexo que ellos tuvieron de nacimiento. Sin embargo, los 29 millones de habitantes de Texas -el 40% de ellos latinos- están lejos de ser un bloque sólidamente republicano.
Trump ganó el estado en las elecciones de 2016 y 2020 por sólo un 52% de los votos. Las elecciones al Senado suelen ser reñidas, y los alcaldes demócratas presiden varias grandes ciudades, entre ellas la capital, Austin, y la ciudad más grande del estado, Houston.
Así, algunos observadores ven el ímpetu conservador de Abbott como la clara señal de sus ambiciones más allá de las fronteras de su gran estado sureño.
¿Candidatura presidencial?
“Basándome en las acciones que le he visto tomar, no me sorprendería que busque la candidatura presidencial” en las elecciones primarias republicanas de 2024, dijo Juan Carlos Huerta, profesor de ciencias políticas en el campus de Corpus Christi de la Universidad de Texas A&M.
Por ahora, el expresidente Trump (2017-2021) sería el “favorito” para ese puesto, dijo Huerta. “Pero la política cambia”.
Las palabras y acciones de Trump apuntan a una nueva candidatura a la Casa Blanca para 2024, a pesar de no haber declarado formalmente sus intenciones. El magnate enfrenta una serie de desafíos, entre ellos varias demandas legales. Dadas las incertidumbres, varios republicanos se han posicionado discretamente para dar un paso adelante en caso de que se retire.
Dado el amplio campo de posibles candidatos republicanos, “Abbott podría estar posicionándose para un papel en una segunda administración de Trump, quizá en el gabinete, quizá en los tribunales, tal vez incluso como vicepresidente”, dijo Erica Grieder, columnista del Houston Chronicle.
En Texas, como en todo el país, el Partido Republicano se inclina claramente hacia la derecha, todavía bajo la influencia y el control del anterior presidente. Así, los republicanos con ambiciones políticas deben demostrar su buena fe conservadora.
La Texas de Abbott ultraconservadora
Las leyes aprobadas desde el 1 de septiembre permiten a cualquier persona de 21 años o más portar una pistola sin licencia ni formación especial; permiten al estado penalizar a cualquier ciudad que reduzca su presupuesto policial; exigen a los equipos deportivos que reciben financiación del estado que toquen el himno nacional antes de sus partidos; criminalizan los campamentos de personas sin hogar, entre otras medidas.
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En agosto, el estado asignó 25 millones de dólares para construir tres kilómetros de muro a lo largo de la frontera con México, donde el 30 de junio Abbott apareció junto a Trump.
El gobernador, que debe usar una silla de ruedas desde que fue golpeado por la caída de un árbol mientras hacía deporte en 1984, se enfrenta a fuertes desafíos de la extrema derecha de Texas.
Abbott tendrá que ganar las primarias republicanas de Texas en marzo si quiere seguir siendo gobernador.
Rivales de Greg Abbot
Uno de sus rivales, Allen West, rechaza las vacunas anti COVID-19, calificándolas de “peligrosas”. El propio West contrajo el virus y fue hospitalizado a principios de octubre, a pesar de haber utilizado tratamientos alternativos no probados.
Aunque Abbott está vacunado, publicó un controvertido decreto que prohíbe a los empleadores exigir a sus trabajadores que se inmunicen.