Después de tres años preso por espionaje, y tras alcanzar un acuerdo de extradición, el científico mexicano Héctor Alejandro Cabrera Fuentes será liberado en Estados Unidos, aunque podría tardar algunas semanas su regreso a México.
Y es que, de acuerdo con publicaciones como El País, de acuerdo con el registro penitenciario estadounidense, el bioquímico de 38 años habría completado ya su sentencia, el pasado 14 de julio, con una sentencia de cuatro años de prisión, dictada en junio de 2022.
Sin embargo, el investigador oriundo de El Espinal, Oaxaca, seguirá en prisión hasta que concluya con los trámites migratorios para su deportación, lo que de acuerdo con su abogado podría tardar varias semanas, según la premura que le dé al asunto el de Migración encargado del caso de Cabrera Fuentes.
Asimismo, destaca que su salida de prisión se da luego de que a principios del año pasado aceptó su culpabilidad, lo que dio pie a su sentencia de cuatro años de prisión, mientras que durante 2023 habría negociado con las autoridades estadounidenses su deportación y tres años de libertad supervisada, además de que habría jugado a su favor que en los documentos judiciales se acredita que aparte de su buena conducta al interior del penal federal de Jesup, en el estado de Georgia, Cabrera Fuentes pasó el tiempo realizando labores de mantenimiento.
¿Cómo fue el caso contra Héctor Alejandro Cabrera Fuentes?
Por otro lado, el caso que llevó a Héctor Alejandro Cabrera a prisión en febrero de 2020 parece salido de una película, pues fue arrestado en el aeropuerto de Miami, Florida, antes de tomar un vuelo con su esposa a la Ciudad de México, donde agentes del Buró Federal de Investigaciones (FBI), lo acusaron de espionaje para el gobierno de Rusia.
Además, tras la detención, Cabrera y su esposa fueron interrogados en habitaciones separadas, hasta que el científico confesó haber trabajado para Rusia, lograron la liberación de la mujer, a quien le pidió continuar el viaje a México mientras resolvía el problema en Estados Unidos.
Y es que, de acuerdo con la investigación, que salió a la luz durante el juicio, el académico tenía otra esposa y dos hijos en Rusia, que aunque vivían en Alemania volvieron a su país natal para atender asuntos migratorios, siendo retenidas por las autoridades, situación que un funcionario el gobierno de Vladimir Putin usó para forzarlo a convertirse en informante, además de seguir y fotografiar a un agente del FBI a cambio de agilizar la salida de rusia de su otra familia.
Fue esta misión la que metió en problemas al científico y a su esposa, pues en su paso por Florida la pareja se metió a una zona residencial para tomar fotografías del automóvil del agente al que le pidieron seguir y conseguir las placas del vehículo y su ubicación, siendo sorprendidos por los guardias de seguridad de la urbanización, quienes avisaron a las autoridades, culminando con su aprehensión en el aeropuerto.
Además, en la terminal aérea los agentes descubrieron varias fotografías que tomaron del coche, que su esposa le envió a través de WhatsApp, y que además encontraron en la papelera de su teléfono, con lo que los fiscales estadounidenses armaron el caso en su contra y lo conminaron a cambiar su declaración, de inocente a culpable, pues además de enfrentar cargos por falsedad de declaraciones, de ir a juicio público podría recibir un castigo más severo por parte de un jurado.
¿Quién es Héctor Alejandro Cabrera?
Sin embargo, más allá del caso de espionaje, la carrera de Héctor Alejandro Cabrera prometía por sí sola, pues pese a no saber ni una palabra de ruso logró estudiar la licenciatura en Voronezh, Rusia, en 2004, gracias a una beca, para terminar sus estudios en microbiología en Kazán, así como una maestría en el mismo país, cuya tesis fue premiada por el presidente Dimitri Medvédev, quien le entregó en persona el premio, además de estudiar un doctorado en Alemania.
Aparte de trabajar en Asia, al momento de ser detenido tenía una plaza en la Facultad de Medicina de la Universidad de Duke, en EU, así como otra en la Universidad Nacional de Singapur.
En tanto que a la par destaca su trabajo social en El Espinal, además de fundar una organización benéfica para jóvenes locales, financiaba viajes al extranjero para menores interesados en su trabajo, así como pagar becas de su bolsillo, mientras que siempre buscó que su trabajo tuviera aplicaciones en la mejora de la calidad de vida de su comunidad en Oaxaca.