Estados Unidos superó el millón de muertos de COVID-19, anunció este jueves la Casa Blanca. Esto, en momentos en que el país, a la imagen de Nueva York, la ciudad más golpeada por el coronavirus en 2020, quiere pasar la página pese a un ligero aumento de casos desde hace un mes.
“Hoy alcanzamos un trágico hito: un millón de vidas estadounidenses perdidas por el COVID-19”, dijo el presidente Joe Biden en un comunicado, en el que pidió “mantenernos vigilantes frente a esta pandemia y hacer todo lo posible para salvar tantas vidas como sea posible, tal y como lo hemos hecho con más test, vacunas y tratamientos que nunca antes”.
Tras varios meses de remisión de la pandemia en el país más enlutado del mundo (por delante de Brasil, India y Rusia), Estados Unidos registra, desde hace un mes, un aumento diario de casos.
El aumento ocurre en un contexto en que ha dejado de ser obligatoria la mascarilla, aunque se aconseja su uso en interiores, y la cuarta dosis de la vacuna está disponible sólo para los mayores de 50 años.
Estados Unidos quiere darle vuelta al COVID-19
El aumento de casos se debe a subvariantes de Ómicron, más transmisibles que las cepas precedentes, aunque sus efectos parecen menos graves, en un país donde el 66% de la población está vacunada (90% en el caso de los mayores de 65 años).
Tras dos años de pandemia y varias oleadas de variantes de COVI-19, Estados Unidos quiere dar paso a la página.
Nueva York, capital económica y cultural del país e increíble mosaico de comunidades y clases sociales, parece haber recuperado su efervescencia legendaria.
El contraste con la primavera de 2020 es impactante. Unos 40 mil neoyorquinos perdieron la vida desde la primavera de 2020 y tanto la isla de Manhattan como los gigantescos barrios vecinos de Brooklyn y Queens mantienen el estigma de la pandemia.