Una raya que vive en un acuario de una pequeña ciudad de Estados Unidos está esperando crías, pero, nunca tuvo contacto con un macho de su especie. Lo que la convirtió en una sensación local y una curiosidad para los científicos.
El cuerpo de Charlotte, que vive desde hace ocho años en el Aquarium & Shark Lab de la ciudad de Henderson, estado de Carolina del Norte, empezó a crecer de forma inusual a fines de noviembre pasado. Sus cuidadores temieron que fuese un tumor.
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Misterio de la raya en Estados Unidos
“El bulto empezó a crecer y a crecer, y pensamos que podía ser un cáncer”, contó Kinsley Boyette, directora adjunta del acuario. Quistes de ese tipo pueden desarrollarse en los órganos reproductivos de las rayas cuando éstas no se aparean, explicó.
- Pero una ecografía reveló que lo que cargaba en su interior eran huevos
Esta raya de silueta redonda y cuya edad se estima entre los 12 y 14 años, podría dar a luz en cualquier momento, ya que este tipo de nacimientos sin apareamiento, muy raros, tienen un período de gestación que puede variar sin ser necesariamente de tres a cuatro meses, como es habitual.
- Mientras tanto, la expectativa de la gente creció en la comunidad
Tras un largo período en renovación, el acuario reabrió la semana pasada y “absolutamente todos los que han llegado quieren ver a la señorita Charlotte, es muy emocionante”, aseguró Boyette.
¿Cómo es posible la reproducción?
La posibilidad de reproducirse sin la contribución genética de un macho era algo considerado extremamente raro por la ciencia durante mucho tiempo. Sin embargo, en los últimos años se documentó en varios vertebrados como aves, reptiles y peces, aunque no en mamíferos.
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- “Citando a (la película) Jurassic Park: la vida se abre camino“, dijo Bryan Legare, del Centro de Estudios Costeros de Provincetown, en Massachusetts.
Animales que no pueden aparearse a veces pasan por un proceso denominado partenogénesis, explicó Legare.
En el mismo, pequeñas células llamadas “cuerpos polares”, que se forman al mismo tiempo que los óvulos y en un proceso normal se desintegran, en estos casos se fusionan con los óvulos, aportando el material genético necesario para que surja un embrión viable.
- Es difícil precisar con qué frecuencia esto ocurre, puntualizó Legare. Suele reportarse un caso en tiburones o rayas en acuarios cada uno o dos años. Y también puede ocurrir en la naturaleza, aunque en estos casos es preciso realizar exámenes genéticos para confirmarlo.
Los riesgos de problemas de salud en este tipo de gestaciones son mayores respecto a la forma de reproducción habitual, según los expertos.
Más allá de su condición inusual, Charlotte, que es del tamaño de un plato y comparte el acuario con cinco tiburones pequeños, encanta al público con su personalidad.
- La directora adjunta detalló que al animal gusta acercarse al vidrio cuando hay visitas y recibir abrazos de sus cuidadores.
Charlotte se alimenta de camarones, ostras y vieiras. Y a veces le sirven langostas como platillo especial. Si todo sale bien y Charlotte tiene cuatro hijos, el acuario espera poder reformar el estanque para duplicar su capacidad.