Esta madrugada un sismo de magnitud 3.8 se registró en el estado de Nueva York, en los límites de Estados Unidos con Canadá, sin que se reportaran mayores afectaciones.
Asimismo, de acuerdo con el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS), el sismo tuvo como epicentro 2 kilómetros al este-noreste de West Seneca, en Nueva York, a una profundidad de 3 kilómetros.
El temblor fue percibido con mayor fuerza en la ciudad de Buffalo, mientras que sus efectos se sintieron en las ciudades aledañas de Rochester, también en el estado de Nueva York, así como en Toronto y Hamilton, en Ontario, Canadá, luego de que la onda habría alcanzado hasta los 250 kilómetros.
A la par, de acuerdo con algunos reportes, el sismo se habría sentido hasta la zona de las cataratas del Niágara, así como en el Parque Orchard, en el condado de Erie, mientras que en las partes cercanas al epicentro algunas personas reportaron haberse despertado por el movimiento, similar a como si un coche chocara con la casa.
¿Tuvo relación el sismo con el de Turquía?
Por otra parte, a través de su cuenta de Twitter, un usuario preguntó al USGS si el sismo de este lunes fue disparado o tuvo relación con el terremoto de 7.8 que azotó Turquía también durante la madrugada, indicando que un sismo de gran magnitud puede provocar otros en otros lugares.
Sin embargo, en la sección de preguntas frecuentes, a la que dirigió al cibernauta, el organismo estadounidense apunta que, que un terremoto de magnitud 9.1 puede disparar sismos en un radio de alrededor de 100 kilómetros, así como uno de 7 lo puede hacer a entre 40 y 60 kilómetros.
Mientras que entre Buffalo, en Nueva York, y Turquía hay una distancia de más de 8 mil kilómetros, por lo que resultaría imposible que así hubiera ocurrido, de acuerdo con los datos de la institución.
Además, destaca en la página del servicio que en la zona del sur de Ontario y el oeste de Nueva York son moderadamente frecuentes los sismos, con registros de entre tres y cuatro eventos por década, con el primero reportado en 1840.
A la par, apuntó que en la década de 1940 sólo se registró uno, mientras que hubo ocho en la de 1960, siendo la mayoría muy leves para causar algún daño, aunque destacó que, en esa región, los temblores de magnitud 4.0 pueden sentirse hasta 100 kilómetros a lo lejos, con pocos daños cerca de la fuente, mientras que los de 5.5 llegan a los 500 kilómetros con afectaciones hasta los 40 km.
Ello, debido a la conformación geológica de la región el este de las Rocky Mountain, diferenciándose de los movimientos telúricos registrados en la parte oeste del país, donde son más frecuentes.