En España, por un rebrote de COVID-19, el gobierno ha tomado diversas medidas como el uso obligatorio de cubrebocas en las calles, también en los terrenos deportivos de algunas regiones del país.
Las autoridades regionales, competentes en materia sanitaria, han impuesto el uso de la mascarilla en los entrenamientos e incluso los partidos de competición en regiones como Madrid o Andalucía.
- La obligación rige a partir de los seis años de edad, como es el caso también en las escuelas
Ambas regiones han ido así más lejos que el gobierno central, que, tras imponer el uso de la mascarilla en la calle en mayo, sólo recomienda de manera voluntaria el uso de la misma entre los deportistas amateur.
La normativa en estas zonas de España es también más dura que en otros países europeos, donde el tapabocas no es obligatorio para los deportistas aficionados.
España y las medidas
El gobierno español se encuentra bajo presión para seguir el ejemplo de otros países europeos y aplicar un confinamiento domiciliario con el que atajar la segunda ola del coronavirus.
España es el segundo país de la Unión Europea con más contagiados después de Francia desde el inicio de la epidemia. Supera los 1.2 millones de casos y roza los 36 mil 500 fallecidos, según el último balance del ministerio de Sanidad, que añadía 18 mil 669 nuevas infecciones y 238 decesos.
Además, la presión en los hospitales es cada vez más alta, con un 29% de las camas de cuidados intensivos ocupadas por pacientes de COVID-19.
Las regiones con nuevas medidas
Las regiones de Galicia, Murcia y Cantabria ordenaron el miércoles el cierre de bares y restaurantes, como hizo la víspera la región de Castilla y León, que pidió restricciones más severas al gobierno central para frenar la curva de contagios.
El jefe de gobierno español, Pedro Sánchez, declaró el 25 de octubre un estado de alarma que ampara a los gobiernos autónomos de las 17 regiones para adoptar restricciones, como el cierre de negocios, y un toque de queda nocturno vigente en todo el país excepto las islas Canarias.
Pero el estado de alarma, que el Congreso prorrogó la semana pasada por seis meses, no contempla la imposición de confinamientos domiciliarios sin el permiso del gobierno español, que por ahora se resiste a decretarlo.
“No contemplamos un confinamiento domiciliario” ahora mismo, mencionó el ministro de Sanidad, Salvador Illa.
En ese sentido, instó que “si queremos actuar con rigor (…) tenemos que dar un plazo para ver la eficacia de las medidas que hemos adoptado”, y añadió que antes de llegar al extremo de un confinamiento domiciliario “todavía hay margen para la toma de medidas adicionales”.
España todavía escuece el recuerdo del confinamiento tomado entre mediados de marzo y finales de junio durante la primera ola, uno de los más estrictos de Europa.
¿Qué dicen los expertos?
Para Fernando García, epidemiólogo del Instituto público de Salud Carlos III, el nivel de riesgo en España es “muy alto” y se debería imponer un confinamiento domiciliario “al menos durante dos semanas”.
Pero Fernando Rodríguez Artalejo, profesor de salud pública en la Universidad Autónoma de Madrid, no ve claro el “beneficio añadido” del confinamiento domiciliario una vez bares, restaurantes y bares de copas ya están cerrados o con numerosas limitaciones en la mayoría de España.
Los contagios empezaron a crecer en España poco después de levantar completamente el primer confinamiento a finales de junio, un repunte atribuido por los expertos a la rápida vuelta a la vida normal y la falta de un sistema eficaz para rastrear los contactos de los infectados.