El Papa Francisco denunció las desigualdades y el virus del individualismo en su nueva Encíclica titulada “Fratelli tutti” (Hermanos todos), en la que pide el fin “del dogma neoliberal” e insta a la fraternidad “con hechos y no solo con palabras”.
En el documento, escrito en español, que mantendrá el título en italiano en todos los idiomas, el Papa Francisco considera que el dogma neoliberal, es un “pensamiento pobre, repetitivo, que propone siempre las mismas recetas frente a cualquier desafío que se presente“.
Las 12 claves del Papa para un mundo más justo
1. Los problemas globales requieren una acción global, no a la “cultura de los muros”
Se trata de problemas globales que requieren acciones globales, enfatiza el Papa, dando la alarma también contra una “cultura de los muros” que favorece la proliferación de mafias, alimentadas por el miedo y la soledad. Además, hoy en día, hay un deterioro de la ética a la que contribuyen, en cierto modo, los medios de comunicación de masas que hacen pedazos el respeto por el otro y eliminan todo pudor, creando círculos virtuales aislados y autorreferenciales, en los que la libertad es una ilusión y el diálogo no es constructivo.
2. El amor construye puentes: el ejemplo del buen samaritano
A muchas sombras, la Encíclica responde con un ejemplo luminoso, un presagio de esperanza: el del Buen Samaritano. El segundo capítulo, “Un extraño en el camino”, está dedicado a esta figura, y en él, el Papa destaca que, en una sociedad enferma, que da la espalda al dolor y es “analfabeta” en el cuidado de los débiles y frágiles, todos estamos llamados – al igual que el buen samaritano – a estar cerca del otro.
3. Los derechos no tienen fronteras, es necesaria la ética en las relaciones internacionales
El derecho a vivir con dignidad no puede ser negado a nadie, dice el Papa, y, como los derechos no tienen fronteras, nadie puede quedar excluido, independientemente de donde haya nacido. Desde este punto de vista, el Papa recuerda también que hay que pensar en “una ética de las relaciones internacionales”, porque todo país es también del extranjero y los bienes del territorio no pueden ser negados a los necesitados que vienen de otro lugar.
4. Migrantes: gobernanza mundial para proyectos a largo plazo
Al tema de las migraciones está dedicada parte del segundo y todo el cuarto capítulo, “Un corazón abierto al mundo entero”, con sus “vidas que se desgarran”, huyendo de guerras, persecuciones, desastres naturales, traficantes sin escrúpulos, desarraigados de sus comunidades de origen, los migrantes deben ser acogidos, protegidos, promovidos e integrados, considera el Papa Francisco. Hay que evitar migraciones no necesarias, afirma el Pontífice, creando en los países de origen posibilidades concretas de vivir con dignidad. Pero al mismo tiempo, el derecho a buscar una vida mejor en otro lugar debe ser respetado.
5. La política, una de las formas más preciosas de la caridad
El tema del quinto capítulo es “La mejor política”, es decir, una de las formas más preciosas de la caridad porque está al servicio del bien común y conoce la importancia del pueblo, entendido como una categoría abierta, disponible para la confrontación y el diálogo, escribió el Papa. Éste es, en cierto sentido, el popularismo indicado por Francisco, que se contrapone a ese “populismo” que ignora la legitimidad de la noción de “pueblo”, atrayendo consensos para instrumentalizarlo a su propio servicio y fomentando el egoísmo para aumentar su popularidad. Pero la mejor política es también la que tutela el trabajo, “una dimensión irrenunciable de la vida social” y trata de asegurar que todos tengan la posibilidad de desarrollar sus propias capacidades.
6. El mercado por sí solo no lo resuelve todo. Es necesaria la reforma de la ONU
La política que se necesita, subraya Francisco, es la que dice no a la corrupción, a la ineficiencia, al mal uso del poder, a la falta de respeto por las leyes. Se trata de una política centrada en la dignidad humana y no sujeta a las finanzas porque “el mercado solo no resuelve todo”: los “estragos” provocados por la especulación financiera lo han demostrado. Los movimientos populares asumen, por lo tanto, una importancia particular: verdaderos “poetas sociales” y “torrentes de energía moral”, deben involucrarse en la participación social, política y económica, sujetos, sin embargo, a una mayor coordinación. De esta manera – afirma el Papa – se puede pasar de una política “hacia” los pobres a una política “con” y “de” los pobres.
7. El milagro de la bondad
Es el llamamiento del Papa al “milagro de una persona amable”, una actitud que debe ser recuperada porque es “una estrella en medio de la oscuridad” y “una liberación de la crueldad que a veces penetra las relaciones humanas, de la ansiedad que no nos deja pensar en los demás, de la urgencia distraída que prevalecen en los tiempos contemporáneos. Una persona amable, escribe Francisco, crea una sana convivencia y abre el camino donde la exasperación destruye los puentes.
8. El arte de la paz y la importancia del perdón
El Papa subraya que la paz está ligada a la verdad, la justicia y la misericordia. Lejos del deseo de venganza, es “proactiva” y tiene como objetivo formar una sociedad basada en el servicio a los demás y en la búsqueda de la reconciliación y el desarrollo mutuo. En una sociedad, todos deben sentirse “en casa” – escribe el Papa –. Por esta razón, la paz es un “oficio” que involucra y concierne a todos y en el que cada uno debe desempeñar su papel. La tarea de la paz no da tregua y no termina nunca, continúa el Papa, y por lo tanto es necesario poner a la persona humana, su dignidad y el bien común en el centro de toda acción.
9. ¡Nunca más la guerra, fracaso de la humanidad!
Debido a las armas nucleares, químicas y biológicas que golpean a muchos civiles inocentes, hoy en día ya no podemos pensar, como en el pasado, en una posible “guerra justa”, sino que debemos reafirmar con firmeza “¡Nunca más la guerra!” Y considerando que estamos viviendo “una tercera guerra mundial en etapas”, porque todos los conflictos están conectados, la eliminación total de las armas nucleares es “un imperativo moral y humanitario”.
10. La pena de muerte es inadmisible, debería abolirse en todo el mundo
Francisco expresa una posición igualmente clara sobre la pena de muerte: es inadmisible y debe ser abolida en todo el mundo. “Ni siquiera el homicida pierde su dignidad personal – escribe el Papa – y Dios mismo se hace su garante”. De ahí dos exhortaciones: no ver el castigo como una venganza, sino como parte de un proceso de sanación y reinserción social, y mejorar las condiciones de las prisiones, respetando la dignidad humana de los presos, pensando también que la cadena perpetua “es una pena de muerte oculta”.
11. Garantizar la libertad religiosa, derecho humano fundamental
Es posible un camino de paz entre las religiones, por lo tanto, es necesario garantizar la libertad religiosa, un derecho humano fundamental para todos los creyentes, consideró el Papa.
12. El Beato Carlos de Foucald, “el hermano universal”
La Encíclica concluye con la memoria de Martin Luther King, Desmond Tutu, Mahatma Gandhi y, sobre todo, el Beato Carlos de Foucald, modelo para todos de lo que significa identificarse con los últimos para convertirse en “el hermano universal”.
Es así como a lo largo de la Encíclica Fratelli Tutti (Hermanos todos), el Papa destaca que “ateos cumplen mejor la voluntad de Dios que muchos creyentes“, en una suerte de advertencia a esos numerosos políticos en todos los continentes que se sienten “autorizados por su fe para sostener diversas formas de nacionalismos cerrados y violentos, actitudes xenófobas, desprecios o incluso maltratos hacia los que son diferentes“, lamenta.