Año Nuevo, y la protesta sigue siendo tema recurrente en Sudán, pues este domingo miles de sudaneses se concentraron frente al palacio presidencial de Jartum, la capital, para manifestarse de nuevo contra el gobierno liderado por los militares, y desafiando un enorme despliegue de seguridad, quienes usaron gas lacrimógeno para tratar de controlar los hechos.
- Asimismo, las autoridades volvieron a cortar el acceso a internet.
Las fuerzas de seguridad bloquearon desde la madrugada los puentes que unen Jartum, con suburbios y las principales arterias de la capital, como hacen cada vez que se convocan manifestaciones, indicaron periodistas de la AFP.
Pese a este despliegue, miles de manifestantes acudieron a la protesta en Sudán “en memoria de los mártires” de la sangrienta represión. El pasado jueves se produjo un nuevo repunte de la violencia en el país, con la muerte de seis manifestantes, según un sindicato de médicos pro-democracia. Las fuerzas de seguridad también detuvieron a dos periodistas de un canal de televisión saudí, quienes fueron liberados tras varias horas.
Desde el golpe de Estado del general Abdel Fattah al-Burhan del 25 de octubre, 54 personas han muerto y cientos han resultado heridas, según el mismo sindicato de médicos.
¿Qué piden con la protesta en Sudán?
Este domingo, los manifestantes de Sudán tomaron nuevamente las calles, en la protesta piden el regreso de los militares a los cuarteles y gritan frases como “el poder al pueblo”. Varios jóvenes en moto atravesaron la multitud, dispuestos a ayudar a los heridos, ya que en cada movilización, las ambulancias son bloqueadas por las fuerzas de seguridad.
Los manifestantes quieren que 2022 sea “el año en que siga la resistencia”, y piden justicia, no solo para los civiles muertos desde el golpe, sino también para las más de 250 personas muertas durante la “revolución” de 2019.
El hombre fuerte del país, el general Burhan, ha ampliado su mandato en dos años gracias al golpe de Estado, que describe como “una corrección del curso de la revolución”, que puso fin en 2019 a 30 años de dictadura militar-islamista de Omar al-Bashir.
Pero el general todavía no hizo efectivo, para los 45 millones de sudaneses, el gobierno civil que prometió cuando restituyó al primer ministro civil Abdallah Hamdok el 21 de noviembre, tras un mes de arresto domiciliario.