Unas 5 mil personas tienen cita este sábado en París para bailar al ritmo de un grupo francés que saltó a la fama en los años 1980 para un estudio científico muy esperado en un sector especialmente castigado por la pandemia del nuevo coronavirus (COVID-19).
Sin sana distancia, pero la mascarilla obligatoria, esas son las reglas de este concierto del grupo Indochina, que también respetará el toque de queda en vigor en Francia y terminará antes de las 21:00 horas.
Este experimento, que ya se ha realizado en otros lugares de Europa, ha sido retrasado en varias ocasiones en Francia y se celebra en un momento en que la situación sanitaria mejora y la vacunación está a punto de ser propuesta a todos los adultos.
En este momento en Francia, este tipo de eventos se autorizan, pero siempre que haya una persona cada 4 metros cuadrados, lo cual obliga a que muchos sean anulados porque financieramente es insostenible.
Los objetivos del concierto
El concierto de este sábado quiere demostrar que si los espectadores se someten a un test de diagnóstico y dan negativo, no tienen riesgo de contaminarse. El público tendrá entre 18 y 50 años y no debe tener ninguna patología que les ponga en riesgo de muerte en caso de resultar infectados, como diabetes u obesidad grave.
Las experiencias precedentes, en España y en el Reino Unido, no mostraron riesgos elevados de infección.
Pero los resultados alentadores del primer concierto-test europeo, realizado en Barcelona en diciembre, son difícilmente extrapolables debido a las “estrictas” condiciones de prevención que se impusieron, advirtió un estudio publicado el viernes.