En Nigeria, el secuestro de niños y jóvenes va cada vez en aumento, tan solo desde diciembre casi mil fueron capturados; por lo que, los padres de familia tienen más el temor de no saber si sus hijos volverán a casa.
¿Qué pasa con el secuestro en Nigeria?
El secuestro de estudiantes en Nigeria se han multiplicado este año, si bien la mayoría fueron liberados luego de negociaciones, muchos de ellos quedan en manos de sus captores.
La madre de Judith, una niña de 14 años secuestrada junto a otras cien estudiantes hace doce días, sigue esperando noticias de su hija y nada la consuela.
“Yo soy una madre y no quisiera que nadie se lleve a mi niña, ni siquiera por un día. Imagínese el trauma. Los niños no tienen cómo defenderse, no le hicieron mal a nadie.”
Hassana Ayuba, madre de Judith.
Judith canta en el coro de la iglesia y sueña con ser abogada. En su tiempo libre, le gusta arreglarle el cabello a sus vecinas, recuerda la madre.
¿Qué pasó? El pasado 5 de julio, hombres armados invadieron de noche los dormitorios del liceo Bethel, en el estado de Kaduna, donde llevaron a cabo el secuestro de los internos de entre 10 y 19 años.
Se trata del último ataque, de una serie de secuestros masivos de menores y estudiantes cometidos en el noroeste de Nigeria, por grupos criminales armados. El ataque devastó a los padres de familia de este colegio católico, que aguardan desesperadamente el regreso de sus menores.
El presidente nigeriano, Muhammadu Buhari, ordenó a las fuerzas de seguridad hacer lo posible para liberar a los menores, pero ha sido fuertemente cuestionado debido a que la situación de seguridad del país no para de degradarse.
Bandas criminales, conocidas localmente como bandidos, aterrorizan desde hace mucho tiempo ciertas partes del noroeste y el centro de Nigeria, donde saquean comunidades y roban ganado. Algunos gobernadores locales han intentado negociar con esos grupos, ofreciendo una amnistía a cambio de sus armas, pero la mayoría de los acuerdos de paz han fracasado.
- El secuestro de viajeros en carreteras o de personalidades influyentes para exigir rescate, también son frecuentes en el país más poblado de África.