Un exguardia nazi de 100 años, que trabajó en un campo de concentración en los años 40, se convirtió este jueves en la persona de más edad juzgada por los presuntos crímenes cometidos hace más de 76 años.
Josef Schutz, excabo primero de la división “Totenkopf” (cabeza de muerto) de las SS, es acusado de “complicidad en la muerte” de 3 mil 518 prisioneros en el campo de concentración de Sachsenhausen, cerca de Berlín, entre 1942 y 1945.
El juicio comenzó el jueves por la mañana en Brandenburg an der Havel, al este de Alemania, en presencia del acusado, que necesita un andador para caminar y comparece en libertad.
- El adulto mayor escondió su rostro de la prensa con ayuda de una carpeta azul
Su abogado, Stefan Waterkamp, explicó que su cliente “no se expresará” sobre los hechos que se le imputan.
El exguardia nazi respondió con voz clara al presidente del tribunal cuando le preguntó su nombre y situación personal: dijo que vivía en la región de Brandeburgo, cercana a Berlín, que era viudo desde 1986 y explicó con orgullo que iba a “celebrar su 101 cumpleaños el 16 de noviembre”.
La audiencia, la primera de 22, duró una hora debido a la avanzada edad del acusado, que se cansa fácilmente. La sesión se dedicó a leer una parte de las 134 páginas del acta de acusación por parte del fiscal Cyrill Klement.
- Josef Schutz tenía 21 años cuando comenzaron los hechos que se juzgan
Desde que fue abierto, en 1936, hasta su liberación por los soviéticos, el 22 de abril de 1945, por el campo de Sachsenhausen pasaron unos 200 mil prisioneros, principalmente opositores políticos, judíos y homosexuales.
- Decenas de miles de ellos murieron de agotamiento debido a los trabajos forzados y a las crueles condiciones de detención
Las voces vivientes del holocausto nazi
El deseo del exguardia nazi de no pronunciarse sobre los hechos, lo que implica una negativa a pedir perdón, provocó el disgusto de los presentes, entre ellos sobrevivientes y víctimas colaterales del holocausto.
“Estoy muy afectado. Hace casi 80 años perdí a mi padre y este tipo es un mal hombre, un asqueroso que se niega a aceptar la posibilidad de ser culpable”, dijo Antoine Grumbach, de 79 años, cuyo padre, resistente francés, fue asesinado por los nazis en Sachsenhausen en 1944.
Leon Schwarzbaum, de 100 años, y superviviente del holocausto, dijo que sólo quería que se hiciera justicia.
“Soy uno de los últimos supervivientes de Auschwitz y quiero que este hombre, si es declarado culpable, vaya a la cárcel”.
Dijo el hombre.
El exguardia nazi no es el único acusado
El juicio se realiza una semana después de la audiencia fallida contra Irmgard Furchner, de 96 años, una exsecretaria de otro campo de concentración nazi. Su primera sesión debió aplazarse al 19 de octubre después de que la anciana intentara fugarse, justo el día en que empezaba el juicio.
En los últimos 10 años, Alemania ha juzgado y condenado a cuatro exmiembros de las SS, al extender a los guardias de los campos y a otros ejecutores de las órdenes nazis la acusación de complicidad por asesinato, para ilustrar así la severidad de su justicia, considerada, sin embargo, tardía por las víctimas.
En julio de 2020, un tribunal condenó a dos años de prisión suspendida a un exguardia del campo de Stutthof, Bruno Dey, de 93 años. Otros ocho casos de exmiembros de las SS son evaluados por diferentes fiscalías alemanas.