Los ciudadanos de Francia votan este domingo en la primera ronda de una elección presidencial en la que la candidata de extrema derecha Marine Le Pen representa una amenaza inesperada para las esperanzas de reelección del presidente Emmanuel Macron.
El aumento de los precios del combustible y los alimentos, alentado por la guerra en Ucrania, es un problema apremiante para muchos votantes en Francia. El resultado más probable que se vislumbra es que haya una segunda vuelta entre Macron y Le Pen para el 24 de abril.
“Es importante votar porque estamos en un contexto especialmente difícil (…), escoger la mejor opción posible, la persona que dirigirá nuestro país durante cinco años”.
Mamadou Alpha Diallo, funcionario de 35 años, tras votar en Saint-Denis, al norte de París
La elección, que fijará el rumbo de Francia hasta 2027, se seguirá de cerca también a nivel internacional, máxime cuando los últimos sondeos del viernes dan el pase a la segunda vuelta del 24 de abril a Macron y a Le Pen. La candidata ultraderechista tiene opciones de ganar.
El inicio de la guerra impulsó a Macron, que jugó las cartas de la mediación entre Kiev y Moscú y de la estabilidad de un presidente europeista que atravesó varias crisis: protestas sociales, pandemia y ahora los efectos de la ofensiva rusa en Ucrania.
Su rival, Le Pen, apostó por presentarse como la defensora del poder adquisitivo y de las clases populares, frente a un Macron “presidente de los ricos”, pero su programa internacional implicaría cambios en las alianzas internacionales de Francia si es elegida.
Le Pen propone entre otros abandonar el comando integrado de la OTAN, el órgano de la Alianza Atlántica que fija la estrategia militar. Su elección podría asestar además un nuevo revés a la Unión Europea (UE), tras la reelección del primer ministro húngaro, Viktor Orban.
De los diez candidatos restantes, el izquierdista Jean-Luc Mélenchon, que aboga por salir de la OTAN y una Francia “no alineada”, es el único con opciones de impedir que alguno de los dos consiga su boleto para la segunda vuelta, reforzado por su imagen de “voto útil” de una izquierda atomizada.
Francia: votantes con baja participación
Los resultados se conocerán a partir de las 20 horas locales cuando cierren los últimos colegios. Además del resultado, otro de los interrogantes es conocer cuántos de los 48.7 millones de electores acudieron a las urnas.
La participación en la primera vuelta a las 17 horas locales era del 65%, 4.4 puntos menos que en 2017 a esa hora y 6.55 puntos más que en 2002, año con el récord de abstención en una presidencial, según cifras del ministerio del Interior.
Le Pen y Macron se ven las caras de nuevo
Marine Le Pen, de 53 años, y Emmanuel Macron, de 44 años, ya se disputaron las llaves del Elíseo en 2017, que consiguió el centrista con dos tercios de los votos. Pero aunque el escenario parezca repetirse cinco años después, el país no es el mismo.
El coronavirus irrumpió en Francia a principios de 2020, confinó a millones de personas y dejó atrás una primera mitad de mandato de Macron marcada por las protestas sociales. La guerra en Ucrania apareció cuando los franceses empezaban a respirar.
Hasta hace apenas unas semanas, los sondeos de opinión apuntaban a una victoria fácil para el centrista Macron, pro Unión Europea, impulsado por su diplomacia activa sobre Ucrania, una fuerte recuperación económica y la debilidad de una oposición fragmentada.
Pero el ingreso tardío de Macron a la campaña, con solo un repunte importante que incluso los partidarios encontraron decepcionante, y su enfoque en un plan impopular para aumentar la edad de jubilación, han afectado su respaldo, junto con una fuerte inflación.