Jorge Blanco es un migrante de Venezuela, al cruzar el río fue detenido por oficiales de Estados Unidos, pero para él fue alegría. Luego de meses de recorrer miles de kilómetros, este es el sentir de los migrantes cuando finalmente logran ingresar a Estados Unidos.
“Vi compañeros, compañeros de distintos países muertos, desmayados, deshidratados, otro con la pierna partida, fue algo muy difícil, muchos se quedaron, otros avanzamos”.
Jorge Blanco, migrante
Al ser detenidos por la Patrulla Fronteriza, son procesados y quienes no son deportados, los distribuyen en algunos albergues como es el Holding Community Center en Laredo, Texas, donde tienen un breve respiro antes de continuar hacia su destino final.
Peter, migrante Venezolano, quiere llegar hasta Nueva York.
“Allá tengo conocidos, gente que conozco, que me conocen y me pueden ayudar a conseguir un trabajo y establecerme, a tratar de hacer mi vida por allá”.
Peter Rodríguez, migrante
El Holding Community Center en Laredo, Texas, tiene capacidad para 200 personas.
A diario llegan autobuses de la Patrulla Fronteriza y Guardia Nacional de Estados Unidos a dejar un promedio de 300 migrantes por día, pero solo pasan la noche poco más de 50.
“La mayoría de ellos, se van hoy, son pocos los que no tienen el dinero o no tienen contactos, en pocas palabras, arriesgaron todo sin conocer a nadie para una mejor vida. Aquí mismo les ayudamos con sus boletos para San Antonio”.
Joe Barrón, director del Holding Community Center
Al estar ya en Estados Unidos nada está escrito, porque no tienen garantizado el tan anhelado “Sueño Americano”, su futuro está en manos de un juez de migración quien decidirá si les conceden el asilo o los deportan a su país.
“Lo peor es estar en Venezuela, yo aquí ya llegué, lo peor que me puedan deportar es el miedo que me regresaran a Venezuela”.
Peter Rodríguez, migrante
La Patrulla Fronteriza no debe mantener retenidos por más de 72 horas a los migrantes, si para entonces no los ha retornado a México aplicando el Título 42, deberá procesar su solicitud de asilo a un juez de inmigración, permitiendo su permanencia en Estados Unidos hasta que se resuelva su caso en la corte.