El coronavirus (COVID-19) ha generado nuevos rituales religiosos en Perú, un país de mayoría católica, ante la imposibilidad de poder reunirse en templos para despedir a amigos o familiares muertos por el temor a los nuevos contagios en plena segunda ola de la pandemia.
Los estragos del virus llevaron a una sanadora espiritual a subir a la cima del Morro Solar, en Lima, para quemar hojas de coca y rendir tributo a las víctimas frente al mar.
“Está ceremonia que hemos hecho es de sanación, de armonización. Estos hermanos fallecieron muy violentamente, entonces esas almas sufren mucho”.
contó sanadora Gladys Escudero.
Conocida popularmente por el sobrenombre de Kot O.Lu Illary, la sanadora manifestó que, con esa ceremonia, busca “elevar los espíritus de amigos o familiares” para expandir alrededor de ellos una sensación de tranquilidad.
En el ritual participan personas que han perdido a seres queridos en las últimas semanas, tras haber enfermado de COVID-19.
Frente a las playas de Huaral, al norte de Lima, el Tapasvi Maharaj o guía espiritual de la comunidad Hare Krishna, Óscar Rivas, realizó una ceremonia de fuego utilizando las fotografías de personas fallecidas y ofrendas como frutas y aceite ghee.
“Este ritual es dedicado a las personas que han partido de este mundo: es de carácter espiritual porque la vida continúa y el apoyo es para aquellos que permanecen”,
Explicó Rivas, de 54 años, y quien dirigió la ceremonia ante el templo del movimiento religioso hinduista Hare Krishna.
La segunda ola de la pandemia golpea sin pausa a varias regiones peruanas desde inicios de enero, luego de registrar un alza de casos notorio a partir de las fiestas navideñas y fin de año. Perú registra más de 40 mil muertos por COVID-19 y 1.1 millón de contagios desde que la pandemia irrumpió en marzo.