La relación entre la Reina Isabel II y la primera ministra Margaret Thatcher fue tensa, aunque civilizada. Se mostraron juntas en varias ocasiones sociales y hasta se les vio charlando amablemente en algunos eventos. Sin embargo, hubo un incómodo encuentro que hizo que la tensión entre ambas políticas aumentara.
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¿Cómo fue el encuentro incómodo entre la Reina Isabel II y Margaret Thatcher?
En 1986, la Reina Isabel II y la primera ministra Margaret Thatcher tuvieron un encuentro incómodo en el Palacio de Buckingham durante una cena de gala para celebrar el cumpleaños número 60 de la reina. Durante la cena tuvieron una discusión acalorada sobre la política del gobierno. Cabe señalar que como jefa de Estado, la reina tiene que ser estrictamente neutral con respecto a los asuntos políticos. Sin embargo, se caracterizó por marcar la agenda de los primeros ministros.
Thatcher se oponía a la imposición de sanciones económicas contra Sudáfrica, mientras que la reina apoyaba firmemente las sanciones como medida para presionar a Sudáfrica para que pusiera fin al apartheid, conjunto de leyes que discriminaban a la población.
La discusión se tornó tensa y el ambiente se volvió incómodo para los demás invitados presentes en la cena. Todo esto fue secreto, pero se filtró la información, dejando al descubierto las posturas de las mandatarias. El acontecimiento sirvió de ejemplo de cómo las diferencias políticas pueden afectar las relaciones personales, incluso entre las figuras más poderosas de un país.
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¿Cómo era la relación entre la Reina Isabel II y Margaret Thatcher?
La relación entre la Reina Isabel II y Margaret Thatcher fue cordial y de respeto mutuo, pero también compleja y con ciertos roces en algunos momentos. A pesar de que estas dos lideresas nacieron con tan sólo cinco meses de diferencia, tuvieron perspectivas muy distintas de la sociedad.
Siendo la jefa de Estado del Reino Unido, la reina Isabel II se reunía regularmente con la primera ministra Thatcher para discutir asuntos políticos y sociales. En general, la reina y Thatcher mantenían una relación formal y respetuosa en público. Sin embargo, en privado, algunas fuentes comentan que tenían momentos de tensión.
En particular, la reina estaba preocupada por las políticas de Thatcher en relación con la economía y la sociedad británica. La relación entre ambas se vio afectada por la posición de la “Dama de Hierro” en relación con la política del Reino Unido hacia la Mancomunidad de Naciones, de la que la reina era la jefa de Estado nominal.
A pesar de sus diferencias y confrontaciones políticas, ambas trabajaron con gran profesionalismo, dejando de lado las emociones para enfocarse en buscar el bien a su país.
