Las autoridades militares de Sudán cortaron este jueves las comunicaciones telefónicas y el acceso a Internet antes de nuevas manifestaciones previstas contra el poder militar, con Jartum tomada por las fuerzas de seguridad.
Lo anterior, ocurre luego de que miles de manifestantes en Sudán han tenido enfrentamientos con las fuerzas de seguridad, en la capital de Jartum en una manifestación para exigir un gobierno civil y que los soldados “regresen a los cuarteles”.
A cada nuevo llamamiento de los partidarios del poder civil a manifestarse contra el general Abdel Fattah al-Burhan, que lideró un golpe de Estado el pasado 25 de octubre en Sudán, las autoridades ponen en práctica nuevas técnicas disuasorias.
El corte de Internet en Sudán ya fue usado durante semanas tras el golpe de Estado y contenedores atravesando los puentes de acceso a la capital hicieron su aparición en las manifestaciones del pasado sábado.
En esta ocasión, las fuerzas de seguridad han instalado por primera vez cámaras sobre los principales ejes de Jartum, donde deben reunirse los manifestantes y por primera vez, los militares cortaron las líneas telefónicas.
La embajada de Estados Unidos llamó el pasado miércoles a autoridades de Sudán a una “contención extrema del uso de la fuerza”, tras la muerte de al menos 48 manifestantes y centenares de heridos en dos meses de movilización contra las autoridades golpistas.
También instó a los militares de Sudán a evitar las “detenciones arbitrarias”, después de que los activistas anunciaran nuevas redadas en sus domicilios en la noche previa a las protestas.
El 19 de diciembre, día del tercer aniversario de la “revolución” que forzó a los generales a destituir a uno de los suyos, el dictador Omar al Bashir, las fuerzas de seguridad fueron acusadas por la Organización de las Naciones Unidas de haber reprimido a manifestantes sudaneses.
Tras tomar el poder por la fuerza, el general Burhan restableció a Abdalá Hamdok como primer ministro civil, pero solo cuando este último aceptó reconocer la situación tras el golpe, es decir, la ampliación del mandato de Burhan por dos años.
Sin embargo, Sudán sigue sin tener a día de hoy un gobierno propiamente dicho, condición indispensable para la reanudación de una ayuda internacional vital para este país, uno de los más pobres del mundo.
A finales de octubre, fuerzas militares conjuntas arrestaron a la mayoría de los ministros y miembros civiles del Consejo de Soberanía, organismo que supervisaba la transición posdictadura de Sudán.
Las fuerzas armadas detuvieron al primer ministro Abdallah Hamdok, tras negarse a apoyar el “golpe de Estado” en Sudán, indicó el ministerio de Información.