EE.UU. refuerza medidas contra la migración ilegal en la frontera con México

| 02:15 | José López Zamorano | Corresponsal / UnoTV | Washington, Estados Unidos

En un nuevo giro en su política migratoria, el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, ha implementado medidas más estrictas para frenar el flujo de migrantes indocumentados a través de la frontera sur, colocando a México en el centro de sus acciones.

Durante una reciente intervención, Trump instruyó a varias agencias federales a “repeler” lo que él denominó “una invasión de inmigrantes y narcóticos”.

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El Departamento de Defensa, junto con el Departamento de Seguridad Nacional y de Estado, ha comenzado un despliegue masivo de tropas en la zona fronteriza. Más de 1500 soldados y elementos de la Guardia Nacional se han sumado a un contingente de 2,200 soldados ya desplegados en la frontera, con el apoyo de helicópteros y otros equipos.

Esta nueva ola de militares refuerza los esfuerzos previos de la administración Trump para frenar el ingreso de migrantes ilegales, a pesar de las restricciones legales sobre el papel de los militares en tareas de aplicación de la ley.

La ley Lakin-Riley: Deportaciones sin necesidad de juicio

En paralelo a estas acciones, el Congreso aprobó la legislación Lakin-Riley, que obliga al Departamento de Seguridad Nacional a detener y deportar a cualquier inmigrante no autorizado que cometa cualquier delito, por menor que sea.

La ley fue aprobada con apoyo tanto de demócratas como de republicanos, sorprendiendo a muchos, debido al respaldo de la bancada demócrata. Esta medida, parte de la estrategia de deportación masiva de la administración Trump, permitiría la expulsión de inmigrantes sin la necesidad de un juicio, basándose solo en la acusación del delito.

Fortalecimiento de la postura contra la inmigración ilegal

Trump ha defendido estas acciones, asegurando que son necesarias para proteger a Estados Unidos de lo que considera una amenaza de criminales y terroristas.

Sin embargo, la implementación de estas medidas ha generado divisiones, especialmente entre los gobernadores y alcaldes demócratas, quienes rechazan las políticas del presidente.

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Ciudades como Nueva York, California y Washington, D.C. han sido catalogadas como “ciudades santuario” y se espera que resistan las medidas federales, lo que podría dar paso a un conflicto legal entre el gobierno federal y los gobiernos estatales.

Reacción a la política migratoria: resistencia y apoyo dividido

Mientras tanto, la oposición continúa creciendo entre grupos que critican las deportaciones masivas y la criminalización de los inmigrantes.

Recientemente, la reverenda que criticó a Trump por su trato hacia la comunidad LGTB generó controversia, aumentando su visibilidad y dando eco a las voces que se oponen a la postura del presidente.