En un acto similar al del 14 de octubre en Londres, activistas climáticos arrojaron puré de papa a la pintura “Los Almiares”, de Claude Monet, en el Museo Barberini de Postdam, en Alemania, en protesta contra el cambio climático y la acción gubernamental.
¿Por qué mancharon el cuadro?
Según afirmaron los dos activistas del colectivo Última Generación en el acto, arrojaron el puré contra la icónica pintura, valuada en 111 millones de dólares, para “que la sociedad recuerde que el curso de los combustibles fósiles nos está matando a todos”, a la par de criticar que la gente se indigne por una pintura manchada y no por el cambio climático.
“Estamos en medio de una catástrofe climática y a lo único que le tenemos miedo es a la sopa de tomate o a la papa en un cuadro. ¿Quieres saber a qué le tengo miedo? Que la ciencia ha dicho que no podremos alimentar a nuestras familias en 2050“, afirmó la activista Mirjam Herrmann frente a los visitantes del museo.
Asimismo, aseguró que “esta pintura no tendrá ningún valor si estamos peleando por la comida. ¿Cuándo es el momento de escuchar y no seguir como antes?”, luego de arrojar el puré de papa y pegarse una mano a la pared donde colgaba el cuadro, al igual que su compañero.
“Si se necesita una pintura, con #puré de papas o #sopa de tomate, para que la sociedad recuerde que el curso de los combustibles fósiles nos está matando a todos: ¡entonces le daremos #puré de papas en una pintura!”, tuiteó después el colectivo con un video de la protesta.
A la par, los ecoactivistas, que llevaron a cabo el acto vestidos con un chaleco naranja para llamar la atención, exigieron al gobierno alemán a tomar medidas drásticas para proteger el clima.
¿Qué le pasó al cuadro?
Mientras que, según un comunicado del museo alemán, emitido este domingo tras el ataque, la pintura resultó ilesa debido a que estaba protegida por un cristal y aislada del exterior mediante sellado, aunque el marco de hoja de oro del siglo XIX si presenta algunos daños menores debido al contacto con el alimento.
Asimismo, destacó la aprehensión de los manifestantes, quienes antes de realizar su protesta habrían activado las alarmas en otras salas de la exhibición a fin de distraer a los vigilantes y poder realizar su cometido.
Sin embargo, Ortrud Westheider, director del museo se refirió contrariada por este tipo de acciones contra el arte, mismas que, aseguró, no abonan en nada a la batalla contra el cambio climático, a la par que agregó que “si lo activistas se interesaran en las pinturas, sabrían que fueron precisamente los artistas impresionistas, como Monet, quienes lidiaron intensamente contra los cambios en la naturaleza de sus composiciones”.
En tanto que, mientras el ataque de este domingo fue realizado por el colectivo Última Generación (Letzte Generation), el del viernes 14 de octubre en la Galería Nacional de Londres, habría sido llevado a cabo por el colectivo Just Stop Oil (Solo Detén el Petróleo), en el que dos mujeres con playeras blancas arrojaron sopa de tomate a la pintura “Los girasoles”, de Vincent Van Gogh, para después pegarse una mano a la pared.