“¡Aprueba la maldita vacuna COVID-19 ya!”: fueron las palabras emitidas por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, a través de Twitter y para la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA), cuerpo que analiza cuándo aprobar la distribución de los antídotos, en contexto de un país con 15 millones 758 mil 661 contagios y 294 mil 056 muertes por el coronavirus.
El mandatario Donald Trump aseguró que la FDA ha aprobado en el pasado, de forma más rápida, la aplicación de otras vacunas, por lo que le exigió “dejar de jugar” y comenzar a “salvar vidas”. Además, en Twitter retuitea mensajes de simpatizantes que piden se dé reconocimiento a Donald Trump por sus tareas para adquisición de la vacuna COVID-19 que busca ser distribuida en breve.
“(Durante la pandemia de influenza H1N1, entre 2009 y 2010) y el intento de vacunación por parte de la gestión de (Barack) Obama, con Joe Biden (como vicepresidente), fue un completo y un total desastre. Ahora quieren entrar y hacerse cargo de uno de los ‘milagros médicos más grandes y rápidos de la historia moderna’. ¡No lo creo!”
Donald Trump.
Donald Trump, vacuna COVID-19 y FDA
El jefe de gabinete de la Casa Blanca de Washington D.C., Mark Meadows, instó al jefe de la FDA, Stephen Hahn, a autorizar la vacuna COVID-19 de Pfizer/ BioNTech para este viernes 11 de diciembre y bromeó diciendo que debería prepararse para renunciar si no lo hacía.
Analistas creen que la advertencia de Mark Meadows y Donald Trump contra la FDA no es una línea roja, sino más bien una broma con intención de instar a la FDA a actuar rápidamente, hacer el trabajo y detener demoras. La Casa Blanca de Washington D.C. se negó a comentar, aunque un funcionario de la administración dijo que Mark Meadows solicita actualizaciones periódicas sobre el progreso hacia una vacuna.
Se espera que la presión de Donald Trump lleve a la FDA a tomar la decisión de autorización de comercialización de la vacuna COVID-19 el viernes por la noche, en lugar del sábado por la mañana, lo que la convertiría en una de las autorizaciones más rápidas en la historia del organismo para una vacuna: sólo han pasado tres semanas desde que los fabricantes presentaron su solicitud.