El primer debate presidencial entre Donald Trump y Joe Biden trajo consigo una serie de conclusiones que rayan en lo “desastroso y caótico”.
Diversos analistas dentro y fuera de Estados Unidos han concluido que el debate presidencial entre Trump y Biden estuvo marcado por el desorden, los insultos, las interrupciones y las descalificaciones.
Para algunos medios en Estados Unidos, el presidente Trump aprovechó el debate para intimidar, arrasar y ocultar algunas decisiones realizadas durante su administración, sobre todo, en un contexto empañado por la pandemia de COVID-19.
- El mandatario se dedicó a interrumpir a Biden y al moderador de Fox News, Chris Wallace, durante 90 minutos.
Al mismo tiempo, el candidato demócrata dejó pasar la oportunidad de “noquear” al presidente y exhibir los errores que ha marcado su administración. En cambio, Donald Trump se encargó de ignorar las preguntas sustantivas y los argumentos políticos propuestos por el candidato Joe Biden.
En su lugar, Trump lanzó toda clase de descalificaciones e insultos a los que Biden respondió de igual manera con burlas, llamándolo “payaso”, “racista” y “el peor presidente que Estados Unidos haya tenido”.
También criticó su manejo ante la pandemia de COVID-19, que ha dejado una estela de muerte en Estados Unidos.
El demócrata ventiló la incapacidad de Trump para producir un plan de atención médica y su respuesta a las protestas por la injusticia racial.
Con todos estos elementos, te presentamos seis conclusiones que ha dejado este “caótico y desastroso” debate presidencial en Estados Unidos.
Trump y su postura sobre los supremacistas blancos en EU
“Este es un presidente que ha usado todo como un silbato de perro para tratar de generar odio racista, división racista”, dijo el exvicepresidente Joe Biden durante este primer debate presidencial.
El tema concluyó cuando Trump se negó rotundamente a condenar la supremacía blanca cuando Wallace y Biden le pidieron que lo hiciera.
La idea sobre un posible fraude electoral
Trump declaró que no apoyaría un resultado electoral bajo “ciertas circunstancias“; es decir, aquellas que “encaminen a un posible fraude electoral”.
“Estoy animando a mis seguidores a que vayan a las urnas y observen con mucho cuidado”, dijo Trump.
Después de emitir sus declaraciones sobre una posible “votación fraudulenta generalizada”, Trump continúo:
“Si veo que se manipulan decenas de miles de boletas, no puedo aceptar eso”.
Según los expertos, esta declaración ha generado confusión y no abona a la calma ante los temores del caos postelectoral que pudiera presentarse en Estados Unidos.
Por su parte, Biden insistió en que, si los estadounidenses votan en grandes cantidades, presumiblemente por él, se podría evitar una elección impugnada.
Situación del COVID-19 en Estados Unidos
Los especialistas señalan que una de las estrategias del presidente Trump para ganar las elecciones es desviar la atención de la pandemia que se vive en Estados Unidos por el COVID-19, ya que sus acciones han quedado mal frente a los votantes.
Una de las estrategias de Trump durante el debate presidencial fue omitir sus acciones frente al coronavirus COVID-19.
A pesar de los intentos de Biden por abordar el tema del COVID-19, el debate cayó en el terreno de las disputas que finalmente no se centraron en la pandemia.
Trump dijo abiertamente que el proceso de la vacuna es político, acusó a China de crear el virus, se burló de Biden por usar cubrebocas y en lugar de una sólida defensa de sus acciones, buscó afirmar que un hipotético presidente demócrata lo habría hecho peor.
Sin posturas claras sobre la Corte Suprema
Sobre la nominación por parte de Trump de Amy Coney Barrett para reemplazar a la difunta jueza de la Corte Suprema Ruth Bader Ginsburg, también se habló poco.
La discusión inició con preguntas sobre el tribunal superior; sin embargo, una vez más, Trump interrumpió las respuestas de Biden, al mismo tiempo que el moderador Wallace intentó controlar un debate que se desbordó desde el comienzo.
Biden intentó, también, hablar sobre la atención médica, señalando la posibilidad de que una Corte Suprema compuesta por una mayoría conservadora podría derogar la Ley de Cuidado de Salud a Bajo Precio, incluidas sus protecciones para quienes tienen condiciones preexistentes.
Trump detuvo a Biden con su habitual discurso a base de gritos y los dos candidatos no abordaron a profundidad el tema.
Biden insultando a Trump
Biden respondió en gran medida a las confusiones e interrupciones de Trump con ojos en blanco, sacudidas de cabeza, risas y comentarios. Nunca perdió los estribos, pero dejó en claro lo poco que puede tolerarlo.
El primer ejemplo se produjo unos 18 minutos después de iniciado el debate, cuando Biden respondió a una serie de interrupciones de Trump diciendo:
“¿Quieres callarte, hombre?”.
“Eres el peor presidente que ha tenido Estados Unidos. ¡Vamos!”, dijo Biden más tarde, mientras los dos debatían los impuestos y la economía.
“Es difícil hablar con este payaso”, dijo más tarde.
Y al final de una parte centrada sobre el racismo que impera en Estados Unidos, Biden se limitó a declarar: “Él es el racista”.
Asuntos familiares
Trump tardó unos 45 minutos en plantear un tema que sus asesores dijeron que estaba ansioso por plantear: “Hunter Biden”.
Trump y sus aliados han hecho repetidas afirmaciones infundadas y falsas para alegar que el exvicepresidente y su hijo actuaron de manera corrupta en Ucrania.
Es un tema que los republicanos creían que en un momento dominaría la campaña de este año, aunque no ha logrado mantenerse en medio de una pandemia global, violencia urbana y una recesión económica.
Aun así, algunos demócratas se habían preguntado cómo respondería Biden cuando surgiera el tema.
Algunos temían que perdiera la calma, sensible a los asuntos familiares.
En cambio, Biden parecía preparado y habló directamente a la cámara mientras buscaba refutar las afirmaciones de Trump sobre que su hijo cometió irregularidades cuando se desempeñó en la junta directiva de una compañía energética ucraniana.
“No se trata de mi familia o de su familia, se trata de su familia, el pueblo estadounidense… No quiere hablar sobre lo que necesitas”.
Joe Biden, candidato a la presidencia de EU.
Sin inmutarse, Trump siguió volviendo al tema. Mientras Biden buscaba criticar al presidente por llamar supuestamente “perdedores” a los muertos de la guerra de Estados Unidos.
En ese contexto, mencionó a su difunto hijo, Beau, que sirvió en Irak antes de sucumbir a un cáncer cerebral en 2015.
En lugar de refutar las afirmaciones sobre sus puntos de vista sobre el ejército, Trump buscó devolver el debate y respondió:
“No conozco a Beau Biden”.
Respondió Trump en tono “burlón”.
Cuando Trump lanzó un ataque, incluido el planteamiento de sus problemas pasados con la adicción a las drogas, Biden volvió a mirar a la cámara y abordó el problema, incluso cuando el presidente buscaba interrumpir.
“Mi hijo tenía un problema con las drogas, pero lo superó y estoy orgulloso de él”.
El momento personal fue poderoso y podría forjar un vínculo entre Biden y millones de estadounidenses cuyas familias han enfrentado la adicción a las drogas y al alcohol.
Este primer debate presidencial entre Trump y Biden ha dejado mucho de qué hablar por el desorden y la falta de claridad e ideas. Durante los próximos días se verá una batalla férrea por alcanzar la presidencia de Estados Unidos.
El moderador y su falta de conducción
El moderador de este primer debate presidencial, Chris Wallace, lució como una figura sin autoridad que en todo momento intentó ganarse un lugar, más que establecer su posición dentro de la discusión.
En repetidas ocasiones luchó por recuperar el hilo conductor de las polémicas, cuando Trump se quejó de que solo él estaba siendo castigado por hablar sobre las preguntas y las respuestas de Biden, Wallace respondió:
“Francamente, has estado interrumpiendo más”.