La cumbre del G7 inició este viernes en Inglaterra con una enorme consigna: “Poner en marcha la recuperación mundial tras la pandemia”, empezando por la distribución de mil millones de vacunas contra el coronavirus (COVID-19).
Tras casi dos años sin reunirse, los jefes de Estado y Gobierno de Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido volvieron a sentarse en torno a una mesa redonda después del recibimiento que el anfitrión, el primer ministro británico Boris Johnson, dio a cada uno en una playa de Carbis Bay, en el suroeste de Inglaterra.
Debido al COVID-19, no hubo apretones de manos y todos mantuvieron las distancias. La enfermedad ha dejado en Reino Unido casi 128 mil muertos, país enfrentado ahora a un aumento de la variante Delta, 60% más contagiosa.
“Este encuentro ofrece una enorme oportunidad para impulsar la recuperación mundial tras el coronavirus”.
Afirmó Boris Johnson al inaugurar los debates de la cumbre del G7.
En palabras de Joe Biden, la cumbre marca el regreso de Estados Unidos al multilateralismo, tras los años de Donald Trump.
“Estoy deseoso de trabajar con nuestros aliados y socios para construir una economía mundial más justa e inclusiva. Pongámonos a trabajar”.
Tuiteó el presidente estadounidense.
Líderes del G7 donarán mil millones de vacunas contra COVID-19
Ante los crecientes llamados a la solidaridad, los líderes del G7 acordarán proporcionar, al menos, mil millones de dosis y aumentar la capacidad de producción, con el objetivo de acabar con la pandemia en 2022.
Estados Unidos ya se ha comprometido a donar 500 millones de dosis de Pfizer/BioNTech y el Reino Unido 100 millones de vacunas excedentes. Pero es insuficiente para algunas ONG, como Oxfam, quien recuerda que se necesitan al menos 11 mil millones para erradicar una pandemia que ya ha matado a 3.7 millones de personas.